Uno de los problemas visuales que suele aparecer con el pasar de los años son las cataratas, una patología que consiste en la pérdida de transparencia del cristalino, que hace referencia al lente natural del ojo por el cual pasan los rayos de luz hasta la retina y se forman las imágenes.
De acuerdo con el portal web Cinfasalud, a medida que el cristalino se vuelve opaco, el paciente experimenta una pérdida progresiva de visión, de modo que las cataratas afectan a más de la mitad de los mayores de 65 años en el mundo.
Entre las causas más frecuentes de este problema ocular es el envejecimiento, fruto del proceso degenerativo natural del ojo. Por lo general, este se activa a partir de los 40 años y hace que el cristalino sea cada vez menos transparente. Sin embargo, las cataratas también se puede presentar debido a otras causas como las siguientes:
- Traumatismos.
- Otros problemas oculares (por ejemplo, alta miopía).
- Patologías del organismo (como diabetes).
- Consumo de ciertos fármacos (corticoides).
- Condicionantes genéticos: cuando la patología es hereditaria, hablamos de una catarata congénita, que se presenta de nacimiento y, aunque es poco frecuente, puede amenazar de forma grave la visión del niño.
Para prevenir este problema de salud, es fundamental llevar a lo largo de la vida buenos hábitos de vida como una alimentación saludable, especialmente que sea rica en vitaminas como la A, un nutriente que ayuda a mitigar todo tipo de afecciones visuales. También es fundamental llevar buenos hábitos de vida como el uso de gafas, la siguiente de los ojos, entre otros.
Respecto a la alimentación, la revista Mejor con Salud destaca las propiedades de los albaricoques, una fruta poco consumida pero con beneficios extraordinarios para la salud en general.
Este superalimento también se conoce como ciruela armenia y tiene una apariencia similar a la del melocotón, pero es más pequeño. Entre sus componentes nutriciones, esta fruta posee hasta un 86 % de agua; sin embargo, también contiene importantes nutrientes, como las vitaminas A, C y E, la fibra dietética, la proteína y algunos minerales como el hierro, el selenio, el potasio, el fósforo, el magnesio y el calcio.
“Esto, sumado a otros compuestos bioactivos como los polifenoles, la luteína y la zeaxantina, hacen de esta fruta una aliada para cuidar la salud, en todas sus variedades”, indica la revista en mención.
Como tal, el consumo de albaricoques beneficia salud ocular, gracias a su rico aporte de vitamina A, un grupo de retinoles solubles en grasa que han demostrado incidir en la salud de la córnea y de las membranas conjuntivales.
Del mismo modo, su contenido de vitaminas C y E, ayudan a reducir el riesgo de cataratas, la pérdida de agudeza visual y la degeneración macular asociada con la edad. La luteína y la zeaxantina también ayudan en estos efectos.
Por otra parte, este fruto también favorece la salud cardiovascular. De hecho, la revista en mención detalla que una de las principales cualidades de la fruta es que es abundante en compuestos antioxidantes, como los flavonoides y las vitaminas A, C, y E.
Gracias a esto, su consumo regular contribuye a inhibir los efectos negativos de los radicales libres, moléculas asociadas al estrés oxidativo y a prevenir el riesgo de enfermedades crónicas, por lo que incluirlos en la dieta reduce las enfermedades cardiovasculares, trastornos neurodegenerativos, diabetes tipo 2, cáncer y envejecimiento prematuro.
¿Cómo consumir esta poderosa fruta?
Esta fruta tiene un sabor muy agradable que varía de dulce a ácido. Por ello, muchos prefieren consumirlos en su forma natural y para ello no es necesario quitarles la piel. Pero también, esta fruta se puede consumir de distintas formas, a continuación Mejor con Salud da a conocer unas muy particulares: