El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, cuando este se eleva, es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos, que con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias y a veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Por su parte, la presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias, a medida que el corazón bombea sangre al cuerpo y cuando esta se eleva se le conoce como hipertensión y hay muchos factores que pueden afectar la presión arterial, como la cantidad de agua y de sal que tiene el cuerpo de cada persona, el estado de los riñones, el sistema nervioso, los vasos sanguíneos y los niveles hormonales.
Adicional, una persona tiene un riesgo más alto de sufrir hipertensión arterial si es afroamericano, es obeso, con frecuencia está estresado o ansioso, toma demasiado alcohol (más de 1 trago al día para las mujeres y más de 2 al día para los hombres), consume demasiada sal, tiene un antecedente familiar de hipertensión arterial, tiene diabetes o si fuma.
Así las cosas, el portal Terra reveló que el melón tiene grandes beneficios, pues ayuda a “equilibrar los niveles de colesterol en la sangre y a reducir la hipertensión arterial”.
De hecho, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) explicó que el melón aporta una cantidad apreciable de diversas vitaminas y minerales. Concretamente, 300 g de melón sin corteza proporcionan el 75 % de la ingesta diaria recomendada de vitamina C; y junto a la naranja, es una de las frutas con mayor contenido en folatos.
En cuanto a los minerales, cabe destacar su riqueza en potasio. Una ración de melón cubre en un 16 % de las ingestas recomendadas para este mineral, el cual contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos.
Sobre el consumo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señaló que “debe consumirse, al menos, de tres a cuatro veces por semana e incluirse en una alimentación saludable, equilibrada y variada y la porción recomendada de melón es de una taza en cubos o una rebanada mediana, de cinco centímetros aproximadamente” y así como las otras frutas no existe restricción para comerla a cualquier hora del día.
Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló algunas sugerencias de cómo consumir melón:
- Hacer paletas congeladas de melón haciendo puré con un poco de azúcar y un chorrito de jugo de lima. Verter en moldes y congelar.
- Usar melones para infundir agua. El agua infundida sirve como una deliciosa bebida de verano que no contiene azúcar agregada.
- Hacer brochetas con uvas, melón y cubos de queso para un excelente refrigerio de verano. Mantenerlos frescos hasta que estén listos para comer.
- Tomar melones más firmes (rebanadas de cantalupo y melaza) y ponerlos en una parrilla caliente durante uno o dos minutos por cada lado, lo que resalta su sabor dulce.
- Crear un batido de melón. Dado que su sabor es suave, hacen un gran batido y combinan muy bien con otras frutas.
No obstante, al igual que con cualquier alimento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de las propiedades del alimento ya nombrado, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.