En general la ingesta de frutas siempre será saludable para el organismo, pero los frutos rojos ofrecen unas propiedades que los hacen muy particulares. Moras, arándanos, fresas, cerezas y frambuesas, entre otros, destacan por sus propiedades antioxidantes que obtienen de nutrientes como las vitaminas C y E.
Además, poseen flavonoides y polifenoles, como las isoflavonas y las antocianinas, principales responsables de las tonalidades rojizas y azuladas de estos alimentos, compuestos que resultan muy saludables para el cuerpo.
Dentro de las diversas opciones de este grupo de bayas están los arándanos. Estos frutos son muy apetecidos por su contenido de vitamina C, fibra, potasio, hierro y calcio.
El portal Cuerpo Mente refiere estudios realizados por la Universidad Clemson y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos sobre los beneficios y propiedades de este alimento, en los cuales se determinó que este producto es el de mayor poder antioxidante entre 40 vegetales analizados con el método Orac, el cual es utilizado para validar la capacidad antioxidante de diferentes sustancias.
Gracias a sus componentes nutricionales son diversas las bondades que le ofrecen al organismo y una de ellas es que son grandes aliados de la salud del corazón, debido a que facilitan la circulación de la sangre, regulan la presión arterial y contribuyen para bajar el colesterol.
Favorecen la circulación
Los flavonoides que contienen estos frutos y que son poderosos antioxidantes con características antiinflamatorias actúan como vasoprotectores de los capilares y venas, ya que aumentan la resistencia de sus paredes y controlan su permeabilidad, precisa el centro médico especializado en várices Varicentro, en su página web.
Según la información de la mencionada institución, en general los frutos rojos y, en particular, los arándanos, tienen propiedades antitrombóticas, ya que previenen la agregación plaquetaria y evitan la oxidación del colesterol LDL, conocido como malo. Estas pequeñas frutas aportan una acción antiinflamatoria y vasoconstrictora que contribuye a mantener las arterias en buen estado.
En este sentido, el portal de salud Tua Saúde indica que el consumo regular de este alimento ayuda a reducir los niveles de lípidos en la sangre, disminuyendo también el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis e infarto de miocardio.
La aterosclerosis es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y en sus paredes. A esto se llama placa y puede provocar el estrechamiento de estos conductos y el bloqueo del flujo sanguíneo, según el instituto de investigación Mayo Clinic.
Una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro, refiere un metaanálisis difundido en Scientific Reports en el cual se determinó que este alimento no solo reduce el colesterol malo, sino que aumenta de forma significativa el colesterol bueno (HDL).
Más bondades
Estos frutos destacan por ser bajos en calorías y ricos en agua y nutrientes, por lo que en muchas oportunidades las personas los incluyen en las dietas para adelgazar, precisa Tua Saúde.
Este sitio web también indica que las antocianinas tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes por lo que poseen la capacidad de reducir el estrés oxidativo y la inflamación de las células cerebrales.
“Los arándanos mejoran la función cognitiva, aumentando la capacidad de la memoria y retrasando el envejecimiento mental, además de ayudar a prevenir el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia senil o alzhéimer”, asegura.
Un beneficio más de la ingesta de esta fruta es que ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Mejor con Salud asegura que su alto contenido de antocianinas parece mejorar la sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa, como lo detalla un estudio en la revista Nutrients.
“De igual forma, una investigación divulgada en Journal of Nutrition, reveló que la suplementación dietética diaria, con los bioactivos de arándanos enteros aumentó la sensibilidad a la insulina en participantes obesos, no diabéticos y resistentes a la insulina”, concluye la citada fuente.