El melón es una fruta refrescante a la que se le atribuyen una serie de propiedades, entre ellas, que es diurética y antioxidante, por lo que ayuda a hacerle frente a afecciones como la retención de líquidos y a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
Información del portal Cuerpo Mente asegura que el melón tiene una gran cantidad de agua, ya que representa alrededor del 85 % de su peso. Se caracteriza también por su bajo aporte calórico, pues 100 gramos de su pulpa aportan 35 calorías, además de ser baja en grasa.
“Otra de sus virtudes es su elevado contenido en betacaroteno, que en el organismo se convierte en vitamina A. También posee vitaminas C y B9. Con 200 gramos de esta fruta se cubre más del 80 % de las necesidades diarias de vitamina C, el 30 % de B9 o ácido fólico y el 20 % de betacaroteno. Tanto la vitamina A como la C son antioxidantes y refuerzan el sistema inmunitario”, precisa la mencionada fuente.
Adicionalmente, es rico en nutrientes como calcio, potasio y fibras que ayudan a fortalecer los huesos y dientes, a reducir la presión arterial y a favorecer la pérdida de peso, según información del portal de bienestar y salud Tua Saúde. Sus beneficios permiten que esta fruta sea recomendada para consumirse al menos tres o cuatro veces a la semana y convertirla en parte de una alimentación saludable y equilibrada.
Rico en potasio
Una de las principales bondades que se le atribuyen es que gracias a su alto contenido de potasio, el melón es bueno para fortalecer el sistema nervioso y muscular.
De acuerdo con el portal Consalud, de España, una ración de melón cubre un 16 % de las ingestas recomendadas de este mineral, que aporta en el buen funcionamiento de los nervios y ayuda a la contracción de los músculos, además de cuidar que el ritmo cardiaco se mantenga constante.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus, una dieta rica en potasio también ayuda a contrarrestar algunos de los efectos nocivos del sodio sobre la presión arterial.
De acuerdo con Tua Saúde, el potasio ejerce una acción hipotensora, lo que ayuda a disminuir y a mantener estable la presión en personas que padecen de hipertensión. Sin embargo, es importante tener claro que solo con el consumo de melón no se puede controlar la tensión, sino que su ingesta debe realizarse dentro de una alimentación balanceada, además de reducir el consumo de sal y practicar una actividad física de forma regular.
Otras de las bondades que se le otorgan a esta fruta es que ayuda a mejorar el tránsito intestinal, gracias a que contiene fibras que facilitan la evacuación y ayudan a reducir las molestias generadas por problemas digestivos o por estreñimiento. Esta última molestia se reduce por la cantidad de agua que aporta esta fruta, pues promueve la regularidad del intestino, manteniendo las heces hidratadas y menos duras.
Adicionalmente, aporta una buena cantidad de vitaminas C y A, las cuales ayudan a mejorar el sistema inmunológico, aumentando las células de defensas del organismo y disminuyendo el estrés oxidativo, gracias a su poder antioxidante.
La vitamina A también ayuda a cuidar de la “vista previniendo enfermedades como la ceguera nocturna y la degeneración macular relacionada con la edad, además de retrasar el deterioro de la vista que ocurre naturalmente a medida que se envejece”, asegura Tua Saúde.
¿Cómo consumirlo?
Una de las formas habituales de consumir el melón es en su estado natural. Sin embargo, es tan versátil que puede agregarse a diversas preparaciones como compotas, mermeladas, cremas, sorbetes o zumos, y cada vez es más frecuente su empleo en aperitivos a modo de tentempié o como ingrediente en brochetas, por ejemplo.
Los especialistas aseguran que el melón se digiere mejor si se come solo y no es conviene tomarlo muy frío o bebiendo grandes cantidades de agua, pues podría resultar excesivamente laxante.