La circulación es el proceso mediante el cual el corazón bombea la sangre de una persona en el cuerpo. A medida que esta circula, distribuye oxígeno y nutrientes a las células y elimina los desechos, razón por la cual que este proceso sea óptimo es vital para el organismo.
Si una persona desea mejorar la circulación, debe tener en cuenta algunos aspectos como: dejar de fumar, reducir la ingesta de grasas saturadas y tratar de no permanecer sentado por períodos prolongados, indica el medio especializado Medical News Today.
En ese sentido, la cardióloga Ana Luiza Lima, en una publicación del portal Tua Saúde, explica que la mala circulación se da por la dificultad de la sangre para pasar por venas y arterias debido a distintos factores, entre los más comunes una mala alimentación y vida sedentaria. Esta situación se puede identificar gracias a algunos síntomas como pies fríos, hinchazón, sensación de hormigueo, piel seca.
La alimentación es clave en el objetivo de mejorar la circulación sanguínea y en ella se puede incluir la ingesta de algunas frutas como la piña.
Este es un fruto tropical que se caracteriza por su gran contenido de vitaminas, especialmente la C, así como de otros nutrientes esenciales para garantizar la salud del organismo. El 85 % de su contenido es agua, de ahí que sea un alimento muy bajo en calorías. Es rica en minerales como potasio, y también contiene pequeñas cantidades de magnesio y hierro, precisa información del portal Cuerpo Mente.
Esta fruta posee una enzima llamada bromelina, que se halla en el tallo y en el fruto, la cual ayuda a prevenir la coagulación de la sangre y la acumulación de colesterol en las arterias, según lo expone una investigación publicada en Biotechnology Research International, citada por Mejor con Salud. Por otra parte, gracias a su aporte de potasio, este alimento ayuda a mejorar el proceso circulatorio y es un buen aliado contra los efectos de la aterosclerosis (formación de placas en los vasos sanguíneos).
La piña es buen complemento alimenticio para estabilizar los niveles de la presión arterial y reducir sus riesgos. Aporta una cantidad significativa de vitamina C, un nutriente que ha demostrado ser eficaz en la reducción moderada de la presión.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad John Hopkins (Estados Unidos) y publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition se encontró que la ingesta de 500 miligramos de vitamina C al día reduce la presión arterial hasta 3,84 mm Hg a corto plazo.
La piña, además, ayuda a eliminar las toxinas y desechos que quedan en el cuerpo como consecuencia de una mala alimentación. Además, de acuerdo con un estudio publicado por Mangalayatan University, en la India, citado por el portal Salud 180, de México, la bromelina también reduce el dolor y la inflamación abdominal.
Adicionalmente, es digestiva debido a su importante contenido de fibra insoluble, la cual permanece casi sin cambios cuando se expone al agua. Esta fibra actúa como una esponja en los intestinos, por lo que facilita el tránsito intestinal y ayuda a mejorar las condiciones generadas por el estreñimiento, según indica Mejor con Salud.
Fortalece el sistema inmune
Su riqueza en vitaminas B2 (riboflavina), C (ácido ascórbico), manganeso y fitoquímicos contribuye a mejorar la inmunidad del organismo, lo que ayuda a prevenir enfermedades por agentes infecciosos como los virus y las bacterias. Además, incide en la protección frente a enfermedades crónicas no transmisibles.
Contra la artritis
El compuesto de bromelina sería favorable para quienes padecen de enfermedades como la artritis, por lo que incluir esta fruta en una dieta tendiente a mejorar las condiciones de estas personas puede ayudar. De acuerdo con las revisiones publicadas en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, este alimento posee propiedades antiinflamatorias que ayudarían a calmar las molestias generadas por esta enfermedad.
Si bien se trata de un producto natural que ayuda a mejorar condiciones de salud, es importante tener claro que por sí solo no hará milagros y que su ingesta debe hacer parte de hábitos saludables de vida, como una alimentación equilibrada rica en frutas, verduras, proteínas y cereales; además de la práctica regular de ejercicio.