La enfermedad bronquial también se conoce como bronquitis, una afección que provoca la inflamación de las vías bronquiales, es decir, las arterias respiratorias que llevan oxígeno a los pulmones. Por lo general, esta enfermedad provoca tos con mucosidad y genera problemas para respirar con normalidad.

Según el portal web Top Doctors, existen dos tipos de bronquitis, la aguda, que es provocada por la gripa y resfriados. También se puede transmitir a través del contacto físico y su duración puede ser de hasta 10 días, pero la tos puede persistir durante semanas tras la desaparición de la infección.

En cuanto a la bronquitis crónica, que está cataloga dentro de las EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica), se genera con una gran cantidad de mocos al estar los bronquios inflamados. Por ello, se dificulta la respiración y se genera la tos. La causas más común de esta afección son la polución, fumar y el polvo durante un tiempo prolongado.

Síntomas de la enfermedad bronquial

  • Bronquitis aguda: se pueden presentar síntomas como dolor de garganta, el agotamiento o cansancio, la fiebre, dolores en todo el cuerpo, congestión y goteo nasal, vómitos, diarrea, tos, mucosidad verde o amarilla, ruidos al respirar como silbidos o chillidos, presión o dolor en el pecho y falta de aliento especialmente a realizar ejercicio físico.
  • Bronquitis crónica: el síntoma predominante de la bronquitis crónica es la tos durante mucho tiempo que no desaparece hasta pasados varios meses. También se presentan ruidos, parecidos a un silbido, al respirar y problemas para tomar aire.

Este problema de salud se debe consultar con un especialista en salud para determinar el tratamiento médico. Sin embargo, existen algunos alimentos que ayudan a prevenir este problema de salud. Por ello, el portal web La Vanguardia destaca la importancia del mamoncillo, el cual proviene de un árbol frutal que se cultiva en Colombia y Venezuela.

Se le conoce con diversos nombres, como mamoncillo, huaya, limoncillo, entre otros. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Este superalimento se destaca por contener altos niveles de vitamina C, un nutriente que ayuda a activar el sistema inmune y permite contrarrestar infecciones branquiales y urinarias. Normalmente, los expertos en salud sugieren esta fruta para las mujeres embarazad porque agiliza la producción de proteínas en el organismo y aumenta gradualmente las defensas.

Cabe mencionar que el uso del mamoncillo en la medicina natural se remonta a la época precolombina, cuando era utilizado para aliviar malestares asociados con los virus y bacterias en el cuerpo, cuentan desde Psicología y Mente. Asimismo, indican, los ácidos contenidos en este fruto han sido relacionados con bondades para las mujeres en gestación.

Inclusive ha llegado a ser considerado un fruto exótico y a aparecer en el listado de alimentos milagrosos, que prometen curar todas las afecciones del ser humano, hasta el cáncer. No obstante, se trata de una afirmación sin mucho sustento científico y que podría poner en riesgo la salud y bienestar de las personas.

¿De qué formas puede comerse?

La manera más común en la que se ingiere es en su estado natural, como la gran mayoría de las frutas. Solo basta romper su cáscara y disfrutar de la carne que posee el mamoncillo. No obstante, se debe tener precaución, especialmente con los menores de edad, ya que su semilla es de un tamaño considerable y puede producir atragantamiento.

Otras maneras de prepararlo, según indica una hoja técnica del ecocampus de la Universidad del Norte en Barranquilla, donde este fruto es bastante popular, es a modo de dulces o jaleas. En regiones como Puerto Rico, por ejemplo, la pulpa del mamoncillo se usa para hacer desde jugos, mermeladas, hasta bebidas alcohólicas.

Un dato curioso que entregan desde el portal Naturalista es que la madera del árbol donde crece este fruto se utiliza como materia prima para obras de construcción o talleres de carpintería.