El síndrome del intestino irritable (SII o IBS), también conocido como colitis, colitis mucosa, colon espástico, colon nervioso, colon irritable e intestino espástico, es un conjunto de síntomas que se presentan juntos, como dolor abdominal, diarrea y estreñimiento.

“El SII es un trastorno gastrointestinal funcional. Los trastornos gastrointestinales funcionales, que los doctores ahora llaman trastornos de las interacciones entre el intestino y el cerebro, están relacionados con problemas con la forma en que el cerebro y el intestino trabajan. Estos problemas pueden hacer que el intestino se vuelva más sensible y cambie la forma en que se contraen los músculos del intestino. Si el intestino está más sensible, puede sentir más dolor abdominal e hinchazón. Los cambios en la forma en que los músculos del intestino se contraen causan diarrea, estreñimiento o ambos”, explica el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK).

Este síndrome afecta a las personas de todas las edades, sin embargo, es más habitual en adolescentes o personas que inician la edad adulta. Por lo general los síntomas de esta enfermedad se pueden dar de forma esporádica, no obstante, cabe la posibilidad de que se convierta en un problema crónico que reduce la calidad de vida.

Cuando se padece esta afección, las personas deben tener mucho cuidado con la alimentación. Por ejemplo, hay una fruta que no se debe consumir cuando se tiene el colon irritable y esta es la pera.

El colon irritable se debe tratar con una dieta adecuada. | Foto: Getty

“En general la pera tiene muchos beneficios, pero si tienes el colon irritable quizás deberías evitarla. Su alto contenido de polisacáridos, polioles y fructuosa te puede complicar un poco el proceso digestivo en estos casos”, señala el portal Mundo Deportivo en su sección Nutrición.

Beneficios de la pera

Se dice que la pera es originaria de regiones de Europa oriental y de Asia occidental. Actualmente, China aporta dos terceras partes de la producción mundial de pera, que asciende a poco más de 24 millones anuales.

La pera es una fruta en forma de bombilla; su cáscara es lisa, la cual puede ser de color verde, amarillo, café o rojizo. La pulpa es blanca y jugosa, ligeramente “harinosa” al paladar, tiene un sabor dulce y es refrescante gracias a su alto contenido de agua.

Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, la pera tiene un alto contenido nutritivo, aporta vitaminas A, C, E y las del grupo B, además de diversos minerales esenciales para el organismo. El principal uso de esta fruta es gastronómico, pues se consume en fresco, conservas, mermeladas o jugo.

Pera. | Foto: Getty Images

Esta fruta posee fibra tanto soluble como insoluble, que además de ayudar a mantener un sistema digestivo sano, se dice que su consumo favorece la disminución del colesterol, facilita la eliminación de toxinas, previene enfermedades cardiovasculares y ayuda a mantener un sistema digestivo sano.

Por lo anterior, el portal especializado Mejor con Salud explicó cuáles son los beneficios de consumir, por lo menos, una pera diaria.

1. Combate los radicales libres: los radicales libres son elementos dañinos que provocan daño a las células, las peras, son ricas en antioxidantes, componentes que combaten los radicales libres. También contiene vitamina C, un nutriente ideal para la salud.

2. Previene el cáncer: el alto contenido de antioxidantes en vitamina C, fibra y ácido fólico lo convierten en un alimento ideal para la reconstrucción celular. Incluso hay numerosas investigaciones que hablan de cómo las peras ayudan a expulsar los químicos cancerígenos.

Peras. | Foto: Getty Images

3. Son antibacterianas: los taninos que contiene esta fruta y ácido cafeico protegen al cuerpo frente infecciones y algunas enfermedades.

4. Cuida del corazón: estas frutas ayudarían a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Esto es debido a procianidina, un antioxidante que disminuye la rigidez en los tejidos cardíacos. Además, disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) el cual se pega en las arterias. También aumenta los niveles de colesterol bueno (HDL), que favorece también el funcionamiento circulatorio.