La insulina inyectada se utiliza para controlar el azúcar en sangre en personas que tienen diabetes tipo 1 (condición en la que el cuerpo no genera insulina y, por lo tanto, no puede controlar la cantidad de azúcar en la sangre) o diabetes tipo 2 (condición en la que el azúcar en sangre es demasiado alta, porque el cuerpo no produce ni usa insulina normalmente) y se puede controlar solo con medicamentos orales, según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

La terapia con insulina es a menudo una parte importante del tratamiento de la diabetes. | Foto: Getty Images

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explicó que los tipos generales de terapia de insulina incluyen los siguientes:

  • Insulina de acción prolongada, ultraprolongada o intermedia. Cuando no se está comiendo, el hígado libera glucosa para que el cuerpo tenga energía todo el tiempo. La insulina de acción prolongada, ultraprolongada o intermedia ayuda al cuerpo a utilizar esta glucosa y evita que los niveles de glucosa suban demasiado. Los ejemplos de estas insulinas son glargina, detemir, degludec y NPH. Estas insulinas funcionan entre 8 y 40 horas, según el tipo.
  • Insulina de acción rápida o corta. Estas insulinas son ideales para prevenir los picos de glucosa en la sangre después de comer. Comienzan a funcionar mucho más rápido que las insulinas de acción prolongada o intermedia, a veces en tan solo tres minutos, pero trabajan por un período de tiempo mucho más corto, en general de dos a cuatro horas y los ejemplos de estas insulinas incluyen aspart, glulisina, lispro y regular.

No obstante, el portal Mejor con Salud reveló que los higos podrían reducir la necesidad de insulina, ya que “se ha demostrado que su consumo regular tienen un efecto positivo sobre niveles de azúcar”.

Además, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señaló que “el higo tiene buenas cantidades de fibras y nutrientes que disminuyen la velocidad de absorción del azúcar en el organismo, ayudando a equilibrar los niveles de glucosa e insulina en la sangre”.

Asimismo, agregó: “Debido a que contiene cantidades de antioxidante, el higo ayuda a fortalecer y proteger las células del páncreas contra los radicales libres, equilibrando los niveles de insulina y evitando la resistencia tanto la diabetes como la resistencia a la insulina”.

El higo es una fruta que ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre y aporta antioxidantes. | Foto: Majdi Fathi/NurPhoto

Respecto al consumo, el portal portugués explicó: “El higo es una fruta que puede ser consumida fresca, seca o deshidratada e incluso enlatada, ya sea sola o en otras preparaciones como compotas o ensaladas. Sin embargo, se debe preferir la fruta fresca y con cáscara, pues es baja en calorías y azúcar, que en sus presentaciones deshidratadas o enlatadas. Además, el higo deshidratado aporta muchas más calorías y azúcares, debiendo consumirse moderadamente”.

Adicional, indicó que “la porción recomendada de higos frescos en una dieta equilibrada es de dos unidades medianas o una unidad deshidratada al día”.

El higo es el fruto de un árbol llamado higuera. | Foto: Getty Images

De hecho, no hay que exceder el consumo de higo, pues al ser “consumido en exceso puede acelerar el tránsito intestinal y causar diarrea, cólicos abdominales y malestar estomacal”.

De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona. Las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas y la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.