Uno de los padecimientos más frecuentes en pleno siglo XXI son la diabetes y la obesidad, la mayoría de pacientes diagnosticados con estas enfermedades han llevado una vida de excesos en cuanto a lo que consumen a diario; además de una precaria o nula práctica de deporte o actividad física.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cataloga a la diabetes como una enfermedad crónica, los pacientes diagnosticados con dicho padecimiento tienen los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre demasiado elevados.
Estos individuos deben hacerse chequeos médicos, con frecuencia seguir las indicaciones del profesional que le está dando tratamiento a la enfermedad y aplicarse los medicamentos en las horas estipuladas. Además, debe cuidarse en la alimentación y empezar a incorporar la actividad física dentro de su rutina.
Cuando este padecimiento no se controla sus niveles de azúcar en la sangre, puede causar: ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores, según la OMS.
Por su parte, cuando un paciente tiene obesidad quiere decir que tiene exceso de grasa en el cuerpo. Se diferencia del sobrepeso, que significa pesar demasiado. El peso puede ser resultado de la masa muscular, los huesos, la grasa o el agua en el cuerpo. Ambos términos significan que el peso de una persona es mayor de lo que se considera saludable según su estatura, según explica Medlineplus.
La obesidad se presenta con el transcurso del tiempo, cuando una persona ingiere más calorías que aquellas que quema. Entre los factores que pueden afectar el peso de un paciente están incluidos la constitución genética, el exceso de comida, el consumo de alimentos ricos en grasas y la falta de actividad física.
Para resolver estos padecimientos o tratarlos con el fin de que no desencadenen otras afecciones, lo mejor es contar con al guía y el apoyo de profesionales en el tema; sin embargo, implementar algunos alimentos en la dieta pueden ayudar a alcanzar dichos objetivos.
Las frutas son productos que deben estar presentes en la dieta de todos los pacientes, estas se deben ingerir como mínimo tres veces en el día, puede ser una poción en el desayuno y las otras dos en las meriendas del día o entre comidas. Las ideas es variarlas para poder aprovechar las propiedades nutricionales de la mayoría.
El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo menciona que el kiwi puede ser un excelente aliado en la dieta de los pacientes que padecen diabetes u obesidad. Es importante mencionar que la sola ingesta de esta fruta no garantiza ningún resultado, si su consumo no se da dentro de un plan de alimentación sano y equilibrado y donde el paciente practique algún deporte o haga actividad física de manera frecuente, no tendrá ningún resultado.
“Los beneficios de esta fruta radican en su alto contenido de antioxidantes, de vitamina C y componentes fenólicos y carotenoides que promueven la buena salud. Estos antioxidantes pueden proteger al ADN de las células del cuerpo del daño oxidativo causado por los radicales libres, reduciendo así el riesgo de procesos de inflamación y múltiples enfermedades, tales como diabetes, hipertensión, obesidad, problemas intestinales y cáncer, entre otros.
Es crucial destacar que esta fruta también se puede consumir de manera preventiva; además, gracias a su alto contenido de vitamina C es ideal para fortalecer el sistema inmune y que para que el cuerpo pueda absorber el hierro de una mejor manera. Además, como tiene un índice glucémico bajo, puede ser consumida sin problema alguno por los pacientes ya diagnosticados con diabetes.
“El kiwi tiene un índice glucémico bajo, lo que lo hace adecuado para personas con diabetes. Investigaciones sugieren que 100 g de kiwi equivalen a 5 g (o una cucharadita) de glucosa, de acuerdo con su efecto en los niveles de glucosa en sangre”.