Mantener un buen estado de salud parte de una alimentación sana y, sobre todo, de identificar qué tipo de alimentos pueden ayudarnos con nuestras necesidades. Si la cuestión, por ejemplo, es reducir el colesterol LDL (malo), la recomendación es el aguacate.
¿Por qué el aguacate? “Porque por su presencia de grasas monoinsaturadas, pueden ayudar a reducir su nivel de colesterol LDL (...). Mantener sus niveles de LDL bajos reduce su riesgo de padecer cardiopatías y accidentes cerebrovasculares”, según Medlineplus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
A ello hay que sumarle que “mantiene el índice de masa muscular”, como comprobó un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades.
Ahora bien, de acuerdo con una investigación del Journal of the American Heart Association, comer un aguacate al día no reduce la grasa abdominal, la grasa hepática o la circunferencia de la cintura en personas con sobrepeso u obesidad, pero sí disminuye los niveles de colesterol LDL o colesterol malo.
Para comprobar el impacto del aguacate en la salud, los investigadores realizaron un experimento de seis meses en el que participaron más de mil personas con sobrepeso u obesidad. A la mitad se les indicó que comieran un aguacate todos los días, mientras que la otra mitad continuó con su dieta habitual y se les dijo que limitaran su consumo de aguacate a menos de dos al mes.
Al revisar los resultados luego del periodo analizado, observaron que el grupo que había comido un aguacate al día había obtenido una disminución del colesterol total de 2,9 miligramos por decilitro (mg/dL) de sangre y una disminución del colesterol LDL o malo de 2,5 mg/dL.
Pero las bondades no son solo del aguacate, sino de su semilla: según el portal Mejor con Salud, contiene varios fitoquímicos, entre los que destacan los fenoles totales, oxalatos, alcaloides, flavonoides, taninos y saponinas. Asimismo, es rica en vitaminas A, B1, B2, B3, C, E. Además, contiene proteínas, grasas, fibras y carbohidratos, que son esenciales para el organismo.
Cáscaras de mandarina, otro remedio para el colesterol
A la mandarina se le reconocen bondades, como ser fuente de vitamina C, ser alta en minerales como el potasio y el aporte que hace en fibra. Pero lo mejor no solo es la pulpa, sino la cáscara, la misma que suele arrojarse en lugar de ingerirse.
Según la American Chemical Society, la cáscara de mandarina puede reducir el colesterol y contribuir con la limpieza de la sangre, debido a que contiene 20 veces más antioxidantes que la pulpa. Así mismo, se ha comprobado su utilidad para ayudar a reducir los triglicéridos, gracias a su alta concentración de flavonoides, que además mejoran la función de los vasos sanguíneos.
La cáscara de mandarina, además, puede mejorar la digestión de quienes la consumen. Según el Instituto de Química de Bulgaria, aumenta la saciedad y mejora la salud intestinal.
Así mismo, la Escuela de Farmacia de Leicester ha demostrado que la cáscara de mandarina puede ayudar a prevenir el cáncer, dado que uno de sus compuestos, Salvestrol Q40, al parecer ha derrotado células cancerígenas con enzimas P450 y CYP1B, como se comprobó en unos estudios.
Cómo preparar infusión de cáscara de mandarina
Ingredientes
- Medio litro de agua
- Cáscaras de mandarina
- Una cucharadita de miel.
Para preparar una infusión de cáscara de mandarina basta poner a hervir agua en la ducha y, una vez hervida, agregar las cáscaras.
Luego de agregadas las cáscaras, tapar el recipiente durante 10 minutos para que logre concentrarse la cáscara de mandarina.
El último paso es retirar las cáscaras del recipiente con ayuda de un colador antes de servir la infusión. Ya servida, agregarle miel para endulzar.