El colesterol y la presión arterial elevados son padecimientos que afectan la salud del corazón, pues es posible que provoquen enfermedades cardiovasculares e infartos.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón. Cuanto más alta es, más esfuerzo tiene que realizar este órgano para enviarla a las diferentes partes del cuerpo.
Cuando está muy elevada se conoce como hipertensión y se caracteriza por ser una patología crónica en la que es posible que los vasos sanguíneos se dañen. Esta enfermedad es, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el principal factor de riesgo para los padecimientos del corazón.
El colesterol, por su parte, está presente en todas las células y el organismo lo requiere para su normal funcionamiento. El cuerpo necesita este lípido para producir hormonas, vitamina D y otras sustancias que le ayuden a digerir los alimentos, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
No obstante, con esta sustancia ocurre algo similar a la tensión, cuando sus niveles se elevan en la sangre pueden ocasionar problemas en las arterias y vasos sanguíneos, que afectan la circulación y como consecuencia inciden en el normal funcionamiento del corazón.
La alimentación es determinante para prevenir o controlar estas dos situaciones y en ella no deben faltar las frutas y verduras. Una de las más recomendadas es la fresa.
Fresa, una aliada del corazón
Esta fruta es rica en vitamina C, potasio y compuestos antioxidantes, que aportan muchos beneficios para la salud, como ayudar a disminuir el colesterol, mejorar la capacidad cognitiva y prevenir enfermedades, como el Alzheimer y el cáncer, precisa el portal de salud Tua Saúde.
En lo que tiene que ver con la salud del corazón, la fresa es recomendada debido a sus propiedades. Estas frutas contienen polifenoles, especialmente antocianinas, componentes antioxidantes que ayudan a disminuir los niveles triglicéridos y el colesterol LDL, llamado “malo”, en la sangre.
Las antocianinas ayudan a mantener en buen estado las paredes de los vasos sanguíneos, de manera que previenen una variedad de trastornos vasculares y además mejoran la función de las plaquetas.
De igual forma, la fresa es una fuente importante de fibras solubles que ayudan a disminuir la absorción de colesterol y grasas a través del intestino, haciendo que el organismo las elimine a través de las heces.
El portal Cuerpo Mente refiere un estudio realizado por universidades españolas e italianas, en el cual se probó que comer 500 gramos de fresas al día disminuye el colesterol malo LDL en un 14 % y los triglicéridos, un 21 %.
Su consumo de manera regular contribuye a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis, derrame cerebral e infarto de miocardio.
En esta misma línea de favorecer al corazón, además de los antioxidantes, las fresas son buena fuente de potasio y agua, los cuales promueven la salud arterial y aumentan la eliminación del exceso de sodio del organismo a través de la orina, ayudando a prevenir y a controlar la hipertensión arterial.
Otros beneficios
En la lista de beneficios de estas frutas destacan otros, como los siguientes. Debido a sus propiedades alcalinizantes y a su riqueza en calcio y potasio, la fresa facilita la eliminación de ácido úrico, lo que ayuda a prevenir enfermedades como la gota, la litiasis biliar (piedras en la vesícula) y alteraciones hepáticas, precisa Cuerpo Mente.
De igual forma, protege la salud visual. Este alimento contiene altos niveles de pigmentos como la luteína y la zeaxantina, dos carotenos que contribuyen a cuidar los ojos. Estos antioxidantes, sumados a la vitamina C, crean un filtro contra los rayos UVA del sol y las toxinas. Así, disminuyen las probabilidades de desarrollar cataratas o degeneración macular, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri Castro.
Por último, esta fruta es una aliada si se quiere perder peso, gracias a sus buenas cantidades de agua y fibras que ayudan a aumentar la sensación de saciedad, disminuyendo la ingesta de alimentos. Asimismo, al ser rica en antioxidantes ayuda a disminuir la acumulación de grasas en el organismo y por ser fuente de potasio evita la retención de líquidos, disminuyendo la hinchazón del cuerpo.