Los dolores de espalda pueden ser considerados parte de la cotidianidad, ya que suelen aparecer en cualquier momento y como consecuencia de malas posturas, o de una sobrecarga de la zona con peso externo, solo por mencionar algunos ejemplos.
Existen enfermedades graves cuyo primer aviso se constituye de dolor en la zona lumbar; es el caso de la espondilitis anquilosante.
Este padecimiento de carácter inflamatorio es considerado una forma crónica de la artritis y se caracteriza por hacer que los huesos de la columna se fusionen, lo que provoca pérdida en la flexibilidad, explica el sitio web especializado en temas de salud Mayo Clinic.
“Con el tiempo, puede hacer que algunos de los huesos de la espina dorsal (vértebras) se fusionen. Esta fusión hace que la espina dorsal sea menos flexible y puede generar una postura encorvada. Si las costillas están afectadas, puede ser difícil respirar profundamente”, señala.
Aunque no se tiene plena certeza de las causas directas para que se produzca esta enfermedad, se sabe que la genética de las personas cumple un papel fundamental en la aparición de la espondilitis anquilosante. Por esa razón, alguien cuyo familiar de primer grado padezca la enfermedad tiene mayor riesgo de desarrollarla.
La espondilitis anquilosante es considerada una enfermedad frecuente, explica la Fundación Española de Reumatología, es más frecuente en hombres jóvenes.
“Es una enfermedad frecuente, ya que según los datos actuales se calcula una incidencia de unos siete casos nuevos por cada 100.000 habitantes al año. Habitualmente, la espondilitis anquilosante aparece en varones entre los 20 y los 30 años de edad, siendo menos frecuente en mujeres y más leve”, señala.
Entre los primeros síntomas que un paciente con esta enfermedad puede llegar a presentar se encuentran el dolor y la rigidez en la zona lumbar y/o de las caderas. Esto puede ser confundido con un dolor de espalda “dentro de la normalidad”.
Sin embargo, algo diferencial que se debe tener en cuenta es que entre los síntomas iniciales de la espondilitis anquilosante, el dolor llega cuando una persona se encuentra inactiva por un tiempo prolongado. Además, las molestias pueden aparecer inicialmente y con mayor frecuencia en horas de la mañana.
Por otro lado, al tratarse se una enfermedad sistémica, esta se puede manifestar en diferentes partes del organismo. Por ejemplo, el paciente puede presentar inflamación del globo ocular, explica Cinfasalud.
“El ojo, normalmente el iris, se inflama y enrojece. También puede provocar dolor, sensibilidad a la luz y, en ocasiones, peor visión o visión borrosa. Los síntomas, que a veces son previos a la inflamación de la columna, suelen empeorar con la exposición a la luz brillante. Normalmente, afecta un solo ojo y suele cursar por brotes que duran días o semanas”, explica.
También se pueden presentar problemas cardiacos debido al aumento en el tamaño de la vena aorta, lo cual puede alterar la válvula aórtica. Además, se pueden presentar alteraciones en los pulmones, fracturas en las vértebras por compresión y enfermedades inflamatorias del intestino.
Se recomienda visitar la médico en caso de presentar dolor a la altura de la espalda baja o en la zona de los glúteos. Otro aviso a tener en cuenta es la aparición de ese mismo dolor en horas de la mañana y es capaz de despertar a un paciente durante la noche.