Las proteínas son clave para el funcionamiento normal del organismo. El cuerpo las requiere para fortalecer y mantener los huesos, los músculos y la piel.
Estas moléculas se encargan de realizar la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo, asegura la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
De igual forma, son importantes para mantener y aumentar la masa muscular; generar anticuerpos; cuidar piel, uñas y cabello; equilibrar las hormonas; transportar oxígeno, y cuidar las articulaciones, precisa información del portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Estos nutrientes se pueden encontrar en alimentos como la carne, los huevos, las nueces, las lentejas, los garbanzos, el queso y algunos granos o guisantes, entre muchos otros. El maní es uno de los productos que puede aportarlas.
Este alimento, al que también se le conoce como cacahuete, brinda una alta cantidad de nutrientes que se consideran beneficiosos para el organismo. Además de las proteínas, esta legumbre destaca por su aporte de grasas monoinsaturadas. Según datos de la Fundación Española de Nutrición, por cada 100 gramos de maní, se obtienen 23,4 de este tipo de grasas y 27 gramos de proteína.
Si bien la proteína se puede obtener del alimento como tal, su harina también la ofrece y puede ser complemento de una dieta saludable y equilibrada. Este producto se obtiene después de moler y extraer la grasa del maní.
Al eliminar la grasa, la harina se convierte en un alimento más ligero en calorías que la mantequilla de maní o el propio grano entero. Por ejemplo, si en la mantequilla de maní la proporción de grasa es del 45%-50%, en la harina se reduce al 10%-15%, mientras que las proteínas se incrementan del 30% a casi el 50%, precisa un artículo del portal Mejor con Salud. Con este proceso se reducen de manera considerable las calorías. La citada fuente señala algunos de las bondades que brinda este alimento.
Rica en antioxidantes
Tanto el maní como su harina contienen una buena cantidad de antioxidantes, entre los que destacan el resveratrol y los flavonoides, por lo que cumple con funciones protectoras contra las enfermedades cardíacas, las neurodegenerativas y la inflamación sistémica, asegura Mejor con Salud.
En cuanto a la prevención de los padecimientos cardiovasculares, es clave, pues la grasa que queda en la harina de maní, además de ser poca, es monoinsaturada y ayuda a reducir tanto los niveles de colesterol total, como el LDL, conocido como malo, a la vez que mantiene el HDL que es el colesterol favorable para el organismo.
Otra de las bondades que se le atribuyen a la harina de maní es que ayuda a adelgazar gracias a su baja cantidad de calorías, de grasa y por ser rica en fibra.
En general, el maní, en cualquiera de sus presentaciones, es favorable para incluirlo en una dieta tendiente a controlar el peso, pues aumenta la sensación de saciedad y ayuda a disminuir el hambre. Además, es considerado termogénico, es decir, que es capaz de aumentar el metabolismo, estimulando un mayor gasto de calorías durante el día.
Así mismo, “la harina de maní tiene un alto contenido de niacina y mantiene aceptables valores de vitamina E, que protegen contra el alzhéimer y el deterioro cognitivo relacionado con la edad”, indica la publicación de Mejor con Salud.
A esta harina se le puede sacar provecho de varias formas, pues se puede añadir a bebidas como yogur o a un batido de vegetales, disolver en un vaso de avena con leche o de leche de almendras, mezclar a otras harinas de cereales para repostería o incorporar a salsas, cremas y barras energéticas caseras, precisa Mejor con Salud.