Una de las enfermedades que más afectan a los adultos mayores es la artritis, la cual corresponde a un dolor inflamatorio que es crónico; mientras que la artrosis es una enfermedad reumática crónica que lesiona el cartílago articular, provocando dolor, rigidez e incapacidad funcional, según indica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Como tal, la artritis suele afectar primero las articulaciones pequeñas, como, por ejemplo, los dedos de las manos; sin embargo, con el tiempo los tobillos, las rodillas y los hombros se ven afectados. Asimismo, Mayo Clinic indica que “a diferencia del daño por desgaste de la osteoartritis, la artritis reumatoide afecta el revestimiento de las articulaciones” y suele provocar síntomas como: cansancio, fiebre, articulaciones calientes y dificultad de movimiento.

En cuanto a las causas de esta patología, se debe principalmente a los hábitos de vida que se tiene a lo largo de los años, pero expertos señalan que aunque la causa no es un factor genético, no se debe como tal a un factor genético, esto sí “puede hacer que tenga más probabilidades de reaccionar a los factores ambientales”.

La artritis reumatoidea es una enfermedad autoinmune. | Foto: Getty Images

Para tratar esta afección degenerativa, es importante acudir al médico para determinar el tratamiento dependiendo de la condición física del paciente. Adicional a ello, para aliviar la sintomatología, la medicina tradicional ofreces múltiples remedios naturales a base de plantas medicinales antiinflamatorias. De hecho, el portal web Tua Saúde destaca los componentes del palo azul, una planta también conocida como palo dulce, vara dulce o cuate, que se caracteriza por ser rica en flavonoides, cumarinas, quinonas, saponinas y taninos.

Con respecto a la artritis, algunos estudios científicos han indicado que el palo azul podría ayudar a mejorar la artritis gracias a su acción antiinflamatoria y analgésica. Además, el portal en mención indica que se cree que esto se debe principalmente a su contenido de flavonoides y otros compuestos, los cuales ayudan a reducir la degradación de los cartílagos y a disminuir los niveles de citoquinas y la infiltración de leucocitos en la zona de las articulaciones.

Por otra parte, su contenido de polifenoles, que son compuestos que poseen una acción antioxidante, ayudan a regular el azúcar en la sangre y controlar los niveles de insulina. De hecho, varios estudios indican que estos antioxidantes también pueden ejercer una acción antiglicante, evitando la formación o la acumulación de compuestos llamados AGE, los cuales se relacionan con un aumento del riesgo de padecer complicaciones en la diabetes, como nefropatía, hígado graso, entre otros.

El palo azul posee propiedades diuréticas, que favorece la expulsión de los cálculos renales y es útil para el tratamiento de infecciones urinarias. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

¿Cómo consumir el palo azul?

De acuerdo con Tua Saúde, son varias las formas de consumir esta planta medicinal:

Té de palo azul

Ingredientes

  • 3 cucharaditas de palo azul.
  • 250 ml de agua.
  • Limón y miel.

Preparación: inicialmente, se debe colocar el agua en una olla y ponerla a hervir para luego añadir el palo azul. Finalmente, dejar reposar hasta que la bebida esté tibia para proceder a colar y adicionar la miel y el limón. Lo ideal es beber de tres a cuatro tazas al día.

Esta planta medicinal se caracteriza por ser rica en flavonoides, cumarinas, quinonas, saponinas y taninos. | Foto: Getty Images

Macerado de palo azul

Ingredientes

  • Trozos de tallos o ramas con hojas de palo azul.
  • 1 litro de agua fría.
  • Limón y miel.

Preparación: se debe colocar los trozos de palo azul en el litro de agua fría y luego, dejar macerar durante una noche entera. Al día siguiente, colar, añadir el limón y la miel, y beber de tres a cuatro tazas al día.

Cabe mencionar que el consumo del palo azul debe ser orientado por un profesional de la salud. Adicional a ellos Por los momentos, es importante tener en cuenta que hasta el momento no hay estudios en niños, mujeres embarazadas ni en período de lactancia, por lo que no se recomienda su uso sin antes consultar a un médico.