El paso del tiempo trae, en unas personas más que en otras, la aparición de varias enfermedades y deterioro de sus funciones. Es por ello que las actividades pueden tornarse de mayor ‘complejidad’ y los controles médicos pasan a ser elementales a la hora de monitorear y controlar anomalías.
Uno de los padecimientos más frecuentes con la edad es el Alzheimer, generalmente se desarrolla después de los 60 años, aunque cabe aclarar: no necesariamente quienes llegan y superan ese umbral lo padecen. Su llegada está asociada a numerosas causas y puede percibirse de forma temprana en ciertos individuos.
La Asociación del Alzheimer pone de relieve factores como la edad y los antecedentes familiares, siendo este último de no menor importancia, pues cuando ya hay casos previos en el círculo familiar mayor atención debe prestarse a su posible desarrollo. En ese sentido, actuar para retrasar y/o evitar su aparición se convierte en más que una prioridad.
Pero este tipo de demencia no es la única a desarrollarse con la edad; también están, por ejemplo, deficiencias en la circulación sanguínea y el riesgo de que se formen coágulos. Si no se adopta algún tratamiento las consecuencias podrían ser mortales, más cuando esa masa se acumula en lugares ‘imperceptibles‘.
Planta para la memoria y circulación
No necesariamente cuando se detecten signos de deterioro cognitivo es cuando se deben tomar medidas pues, justamente la recomendación es procurar cuidar el organismo en general, incluso, desde la juventud. En ese orden, los remedios naturales se ubican entre las principales opciones, pero no reemplazan los tratamientos médicos.
Mejor con Salud subraya la capacidad del tomillo para mejorar la memoria y contribuir a una adecuada circulación sanguínea por sus atribuciones medicinales. Además, entre sus componentes está la naringenina, a la cual se le asocian varias ‘bondades’ como regulación del azúcar en la sangre, protección de los vasos sanguíneos y la glucosa que llega al cerebro.
Según ese portal sanitario, su ingesta puede resultar benéfica para tratar el estrés y reducir el riesgo de daño celular. Adicionalmente, esta hierba aromática es fuente de vitamina B3 que aporta a mantener saludable el sistema nervioso; de hecho la categoría B suele estar entre las principales sugerencias.
En cuanto a la frecuencia de su consumo, la sugerencia es beber entre tres y cuatro tazas a la semana, fuera de que se puede incluir en los platillos tradicionales.
¿Cómo retrasar el deterioro cognitivo?
Antes de ahondar un poco sobre cómo retrasar las afecciones cognitivas, es vital mencionar los síntomas más recurrentes en demencias como el Alzheimer, pues contrarrestarla a tiempo puede ser lo que marque la diferencia. De acuerdo con Mayo Clinic, entre los signos se encuentran:
1. Problemas de memoria que incluyen el olvido de fechas y sucesos desarrollados hace poco tiempo.
2. Confusión en lugares que, previamente, eran ‘bien’ conocidos.
3. Dificultad a la hora de concentrarse y hacer razonamientos básicos.
4. Dificultad a la hora de tomar decisiones y desenvolverse en situaciones cotidianas.
5. Alteraciones en el comportamiento y la personalidad (aquí podría incluirse la depresión, agresividad, desconfianza y aislamiento).
Más que prevenir el Alzheimer, que como se mencionó anteriormente no es una enfermedad generalizada, se pueden aplicar prácticas para mejorar la salud del cerebro a cualquier edad. Por ejemplo; procurar aumentar la actividad física, reducir el consumo de bebidas alcohólicas y el cigarrillo, buscar que el peso sea balanceado, así como apostar a la dieta mediterránea.
Según Mayo Clinic, esta se vincula con un menor riesgo de contraer Alzheimer. Su principal base es la comida vegetal, el pescado, lácteos y carne de aves.