La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, MedlinePlus, menciona que las venas varicosas (várices) son venas hinchadas, retorcidas y dilatadas que se pueden ver bajo la piel; estas suele ser de color rojo o azul.

“Normalmente, las válvulas unidireccionales en las venas de las piernas mantienen el flujo de sangre hacia el corazón. Cuando las válvulas no funcionan correctamente, la sangre regresa por la vena. Esta se inflama por la sangre que se acumula allí, lo cual provoca las várices”, explicó el portal especializado en temas de salud.

Las venas várices suelen aparecer en las piernas; sin embargo, y aunque es menos frecuente pueden aparecer en otras zonas y partes del cuerpo. Este padecimiento es común, afecta más a las mujeres que a los hombres. No causa problemas para la mayoría de las personas; sin embargo, si el flujo de sangre a través de las venas se vuelve lo suficientemente escaso, pueden presentarse problemas como hinchazón y dolor en la pierna, coágulos sanguíneos y cambios en la piel.

Las varices son problemas circulatorios comunes. | Foto: Getty Images

Factores de riesgo

  • Edad avanzada.
  • Ser mujer (los cambios hormonales sufridos en la pubertad, el embarazo y la menopausia pueden conducir a las venas varicosas; además, píldoras anticonceptivas u hormonoterapia puede aumentar el riesgo de desencadenarlas en un futuro).
  • Nacer con válvulas defectuosas.
  • Embarazo.
  • Antecedentes de coágulos sanguíneos en las piernas.
  • Estar de pie o sentado por largos períodos.
  • Antecedentes familiares de venas varicosas.

Síntomas

  • Llenura, pesadez, dolencia y, algunas veces, dolor en las piernas.
  • Venas visibles e hinchadas.
  • Venas muy pequeñas que puede ver en la superficie de la piel, llamadas venas araña
  • Calambres en muslos y pantorrillas (generalmente a la noche).
  • Leve hinchazón de los tobillos.
  • Picazón cerca de las venas varicosas.
  • Síntomas de piernas inquietas.
Las mujeres suelen padecer más de varices que los hombres. | Foto: Getty Images

Hemorroides, otro problema causado por la hinchazón de ciertas venas

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, cuando un paciente padece de hemorroides, quiere decir que las venas ubicadas en la parte del ano se encuentran hinchadas o inflamadas; estas pueden desarrollarse dentro del recto (hemorroides internas) o debajo de la piel alrededor del ano (hemorroides externas).

Las hemorroides externas causan:

  • Picazón o irritación en la zona anal.
  • Dolor o molestia.
  • Sangrado.

Por su parte, las hemorroides internas se encuentran dentro del recto y en general, no se pueden ver ni sentir, y rara vez causan algún tipo de sintomatología.

Las hemorroides son una inflamación de las venas o los tejidos que sostienen la zona anorrectal. | Foto: Getty Images

Remedios caseros para estas afecciones

El portal de salud, belleza y cuidado personal Cuerpo y Mente menciona algunos remedios caseros que puede prevenir y tratar los padecimientos descritos anteriormente.

  • Baño de asiento o lavado: este procedimiento es ideal para las várices o las piernas pesadas. Se prepara con laurel, milenrama, manzanilla, menta —un puñado de cada— y una pizca de bicarbonato: se lleva todo a su punto máximo de ebullición y se cuela.
  • Compresas de meliloto: una infusión concentrada de esta planta cuenta con propiedades vasoconstrictoras y venotónicas. Lo ideal es empapar unas compresas de este líquido para luego colocarla en la zona afectada, la idea es hacerlo cuando el líquido este frío, esto generara una mayor sensación de frescura.
  • Loción de hammamelis con esencias: para preparar este remedio casero es necesario mezclar 40 ml de agua de hamamelis, 20 ml de aceite de almendras y 5 ml de aceite esencial de ciprés y menta. La idea es agitar y aplicar por medio de un masaje, este producto, sobre las piernas. Entre sus beneficios se encuentra que drena, alivia y desinflama.
  • Arándanos: se recomienda ingerir una cucharada sopera rasa de arándanos deshidratados al día. Sus pigmentos, las antocianinas, mejoran la circulación periférica.