La moringa se caracteriza por ayudar a controlar los niveles del azúcar en la sangre, así como tratar enfermedades respiratorias. Según el portal Tua Saúde, esta hierba es rica en hierro, vitamina C, polifenoles y ácido clorogénico.

Maneras de consumir la moringa

  • Semillas: pueden consumirse de manera directa una vez se les haya quitado la cáscara que las rodea. Se ingieren como si fuera una pastilla, haciendo uso de un vaso con agua para tragarlas. El medio sugiere consumir “tres gramos al día, aproximadamente entre dos a tres semillas”.
  • Cápsulas: estas se venden en la mayoría de las tiendas naturistas o también se pueden adquirir por internet. “Se recomienda ingerir una a dos cápsulas al día de 200 mg por día en conjunto con las comidas, no obstante, esto varía según la marca, por lo que debe leerse la etiqueta del producto, ya que cada envase puede tener diferentes concentraciones de moringa”.
  • Polvo: “Se recomienda entre media a una cucharadita al día (uno a tres gramos), pudiendo agregarse a los jugos, sopas, café o yogures, e incluso podría prepararse un té con el polvo”.
Té de moringa | Foto: Getty Images

La composición nutricional de la moringa en 100 g es así:

  • Energía: 500 calorías
  • Proteína: 33,33 g
  • Carbohidratos: 66,67 g
  • Fibras: 33,3 g
  • Sodio: 233 mg
  • Calcio: 667 mg
  • Hierro: 6 mg
  • Vitamina C: 40 mg
  • Vitamina A: 2 mg

Los extractos de moringa podrían ser útiles para tratar algunos trastornos estomacales, como la constipación, la gastritis y la colitis ulcerosa. Las propiedades antibióticas y antibacterianas de esta planta tienen la posibilidad de inhibir el crecimiento de varios patógenos, y su alto contenido de vitamina B ayuda con los procesos digestivos.

Asimismo, el consumo regular de esta planta en las versiones mencionadas con anterioridad puede traer grandes beneficios para el organismo. No obstante, antes de realizar algún cambio en la dieta, la mejor opción será consultar con un profesional de la salud.

Regula la presión arterial

Debido a sus propiedades de polifenoles, flavonoides y tocoferoles, la moringa puede regular la presión arterial. Además, esta hierba contiene propiedades vasodilatadoras, es decir, ayudan a los vasos sanguíneos y mejor circulación en la sangre.

Mujer tomando presión arterial usando esfigmomanómetro digital y grabando en un cuaderno o diario blanco vacío en casa. Concepto médico y sanitario. | Foto: Getty Images

Favorece la pérdida de peso

La moringa es rica en fibras y proteínas, motivo por el cual ayuda a aumentar la sensación de saciedad, disminuyendo el consumo de alimentos. Asimismo, varios estudios indican que la moringa podría reducir la grasa acumulada en el organismo.

Hidrata la piel

Esta planta aporta vitaminas C, A y complejo B, razón por la cual favorece la producción de colágeno, la hidratación y cicatrización de la piel.

El rostro es de las partes del cuerpo más propensas a tener arrugas y acné. Getty Images. | Foto: Getty Images

Favorece el sistema inmunológico

Debido a sus sustancias antioxidantes como los betacarotenos, hace que se estimule inmune, es decir, que ayuda a combatir infecciones y microorganismos. De igual manera, la moringa ayuda a desinflamar el organismo, evitando así la artrosis o la inflamación de la próstata.

Protege el corazón

El consumo de la moringa puede llegar a evitar la absorción de colesterol en el intestino. El portal Tua Saúde indica que al poseer diversos compuestos bioactivos, esta previene el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Otros beneficios

  • Mejora la capacidad respiratoria: debido al aumento de la hemoglobina que puede generar el consumo del té de moringa, puede llegar a aliviar los síntomas del asma.
Moringa. Foto: iStock / Getty Images | Foto: Getty Images
  • Previene la diabetes: ante las propiedades que tiene la moringa, puede evitar el daño que causan los radicales libres, favoreciendo la disminución de los niveles de azúcar en la sangre.
  • Previene la anemia: el consumo regular de esta bebida puede llegar a aumentar los glóbulos rojos, así como la hemoglobina, lo que puede prevenir la anemia en el organismo.