Los gases en el intestino delgado o colon, típicamente son causados por la digestión o fermentación de alimentos no digeridos por bacterias que se encuentran en el intestino, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Además, los gases también pueden formarse cuando el sistema digestivo no descompone completamente ciertos componentes de los alimentos, como el gluten, que se encuentra en la mayoría de los granos, o el azúcar de los productos lácteos y la fruta.

Asimismo, otras fuentes de gases intestinales pueden ser:

  • Residuos de comida en el colon.
  • Un cambio en las bacterias del intestino delgado.
  • Mala absorción de los carbohidratos, que puede alterar el equilibrio de las bacterias útiles en el sistema digestivo.
  • Estreñimiento, ya que cuanto más tiempo permanezcan los residuos de comida en el colon, más tiempo tienen para fermentar.
  • Un trastorno digestivo, como la intolerancia a la lactosa o la fructosa o la enfermedad celíaca.

Sobre la misma línea, hay otras causas que producen gases como antibióticos, síndrome del intestino irritable, incapacidad para absorber nutrientes en forma apropiada (malabsorción), incapacidad para digerir nutrientes en forma apropiada (mala digestión), tragar aire al comer, masticar goma de mascar, fumar o consumir bebidas carbonatadas.

Adicional, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos explica que los síntomas más comunes de los gases incluyen eructos, expulsar gas, distensión abdominal y dolor o malestar en el abdomen, pero cada persona tiene síntomas diferentes.

Así las cosas, el portal Mejor Con Salud reveló que la canela es ideal para ayudar a expulsar los gases y aliviar la hinchazón de estómago, ya que tiene propiedades antiinflamatorias.

Sin embargo, es importante aclarar que su consumo en exceso puede ser perjudicial, pudiendo causar alergias e irritación en la piel, hipoglucemia y daño hepático en personas con enfermedades graves del hígado, motivo por el que su consumo debe ser ocasional y siempre en cantidades mínimas.

Por tal razón, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Por su parte, otras recomendaciones para evitar el exceso de gases son:

  • Leer las etiquetas. Si los productos lácteos parecen ser un problema, puede que la persona tenga algún grado de intolerancia a la lactosa y por eso hay que prestar atención a lo que come y se recomienda probar las variedades bajas en lactosa o sin lactosa. Ciertos carbohidratos indigeribles que se encuentran en los alimentos sin azúcar (sorbitol, manitol y xilitol) también pueden provocar un aumento de los gases.
  • Comer menos alimentos grasos. La grasa retrasa la digestión y le da a la comida más tiempo para fermentar.
  • Reducir temporalmente el consumo de alimentos con alto contenido de fibra. La fibra tiene muchos beneficios, pero muchos alimentos con alto contenido de fibra también son grandes productores de gases. Después de quitarlas de la dieta, vuelva a añadir fibras a la dieta lentamente.
  • Probar un remedio de venta libre. Algunos productos pueden ayudar a digerir los alimentos y muchas personas creen que estos productos funcionan.
  • Masticar muy bien los alimentos.
  • Evitar los alimentos ricos en carbohidratos difíciles de digerir. Estos se denominan Fodmap (por sus siglas en inglés) e incluyen la fructosa (azúcar de las frutas).
  • No tomar refrescos carbonatados.
  • No masticar goma de mascar.
  • Comer más despacio.
  • Relajarse al comer.
  • Caminar durante 10 a 15 minutos después de comer.