Vicky Dayanna Monroy Hernández empezó a alucinar con desfilar por pasarelas en un simple juego de muñecas. El sueño –más bien una utopía– empezó a tomar forma de una manera poco convencional.
Desde su nacimiento, en la ciudad de Bogotá, sus padres recibieron una noticia que en su momento sonaba muy lamentable, pero hoy día, a sus 25 años, Vicky agradece por todas las experiencias que ha podido tener gracias a ello.
Sufre de Charcot-Marie- Tooth, una enfermedad degenerativa y progresiva que no tiene cura, daña los nervios en los brazos y en las piernas. Caminó hasta los 15 años, porque luego sus piernas perdieron fuerza y no pudieron soportar más su cuerpo erguido. La silla de ruedas se convirtió en su mejor amiga. Fue sometida a 36 cirugías.
Vicky es un milagro. Los médicos les dijeron a sus familiares que ella solo viviría hasta los 5 años. Pero los pronósticos fallaron y ahora sigue con vida y con muchos sueños vigentes. Ha logrado entender que su discapacidad ha sido una oportunidad de transformar su existencia en algo positivo. Llegó a ser deportista paralímpica en natación, por lo que tuvo la dicha de conocer muchos países; además, está en sexto semestre de la carrera de Publicidad en la Universidad Santiago de Cali.
No obstante, su manera de transportarse es complicada. Sus padres tienen una motocicleta a la que le tuvieron que adaptar un remolque, en el que llevan la silla de ruedas, mientras que Vicky va como copiloto. “Mi infancia no fue igual a la de los demás. En la clase de educación física no podía correr ni saltar, entonces era la que cuidaba las maletas de mis compañeros mientras ellos jugaban. Eso me afectaba un poco en mi autoestima”, dice Vicky.
Y agrega que esa experiencia la marcó tanto al extremo de condicionar el punto de quiebre para decidir su futuro. Veía que había muchas personas con su misma condición y eran capaces de hacer bastantes actividades, lo que la motivó e inspiró para cumplir el sueño que ella quisiera, pero no cualquiera, sino uno que tenía en mente desde que era una niña, ser modelo. “Nunca tuve un referente, entonces pensaba que era algo imposible”, dijo.
Luego de tocar muchas puertas, en su camino apareció el diseñador vallecaucano Guido de Colombia, quien precisamente había abierto una convocatoria para un calendario en el que los protagonistas eran personas con discapacidad. Como si todo estuviera alineado, se postuló y quedó elegida, además, para participar en la pasarela de inclusión. Su sueño se iba a cumplir.
“Había modelos profesionales y modelos con discapacidad, a todas nos trataban por igual; todo el equipo trabajaba para que todo saliera bien, fue una experiencia muy bonita que nos trataran de igual a igual”, expresó.
Pero este sueño no ha parado para Vicky, se ha dedicado tanto, que la vida le sigue abriendo muchas otras puertas. Fue invitada para representar a Colombia en el reinado de belleza para mujeres en silla de ruedas, llamado Miss Wheekchair World que se hará del 21 de octubre al 3 de noviembre en la ciudad de Tijuana, en México. De poder ir, sería la primera colombiana en representar al país en un concurso de este tipo.
Como Colombia no tiene esta clase de certámenes, Vicky no cuenta con patrocinadores y se ha puesto en la tarea de buscar los recursos para poder asistir a este evento, del que promete traerse la corona. Por ahora, sus mayores necesidades son tres tiquetes de ida y regreso, puesto que es muy importante para ella estar acompañada de sus padres.
Vicky asegura que hablar de inclusión no es solo apoyarla para ir un reinado, sino que es visibilizar a las personas con discapacidad. Destacar sus capacidades, talentos y el liderazgo que tienen las mujeres con discapacidad. Demostrar que además son muy capaces, que las mujeres en silla de ruedas también pueden ser reinas.