El fósforo es un mineral que se encuentra en cada una de las células del organismo. La mayor parte se ubica en los huesos y los dientes, pero también existe una porción en los genes. El organismo necesita fósforo para producir energía y llevar a cabo muchos procesos químicos importantes, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
Este mineral constituye el 1 % del peso corporal total de una persona y es el segundo más abundante en el organismo. Su principal función es la formación de huesos y dientes, pero también cumple un papel importante en la manera como el cuerpo usa los carbohidratos y las grasas, explica la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus.
De igual forma, es relevante para que el cuerpo produzca proteína para el crecimiento y trabaje en la conservación y reparación de células y tejidos. Asimismo, ayuda a producir ATP, una molécula que el cuerpo utiliza para almacenar energía.
Los expertos explican que el fósforo trabaja de manera conjunta con las vitaminas del complejo B y aporta en el funcionamiento de los riñones, la contracción de músculos, palpitaciones normales y señales nerviosas.
Aliado del cerebro
Por otro lado, según los especialistas, ayuda al funcionamiento normal de las membranas celulares y nutre el cerebro. Información del portal Mejor con Salud, escrita por la psicóloga Valeria Sabater, indica que el mencionado mineral es muy importante para mantener este órgano activo y sano.
“La relación entre salud cerebral y unos niveles adecuados de fósforo dispone de un gran apoyo médico y científico. Son muchos los estudios que revelan la importancia de este mineral para la producción de mielina y para mejorar muchos de los procesos cognitivos básicos”, precisa la citada fuente.
Los alimentos que se deben incluir en la dieta para obtener suficientes cantidades de fósforo son proteínas como la carne y la leche, así como los alimentos procesados que contienen fosfato de sodio. “Una dieta que incluya las cantidades suficientes de calcio y proteína de fuentes alimenticias también suministra una cantidad suficiente de fósforo”, precisa la Biblioteca de Medicina.
De igual forma, los panes integrales y los cereales contienen más fósforo que aquellos elaborados con harina refinada. Las frutas y las verduras, por su parte, contienen cantidades pequeñas.
Alimentos saludables para el cerebro
Información del portal Neural, de España, indica que los productos ricos en ácidos grasos son favorables para la salud del cerebro. El salmón, por ejemplo, es un alimento rico en omega-3 y omega-6, nutrientes que ayudan a mejorar la capacidad de aprendizaje, mejorando la velocidad en la conexión entre neuronas.
Precisamente, el fósforo es uno de los nutrientes beneficiosos que ofrece el pescado, especialmente el azul. “Está demostrado que estos nutrientes influyen de manera positiva en el estado de la memoria y protegen del deterioro cognitivo y frente a las enfermedades neurodegenerativas”, precisa el mencionado sitio web.
Los frutos secos son otra fuente de Omega 3 y de fósforo. Además, tienen vitaminas del grupo B, magnesio y vitamina E. Estos alimentos, adicionalmente, contienen una gran cantidad de antioxidantes, elementos que retrasan el envejecimiento de las neuronas. Las nueces destacan por sus beneficios, pero también son favorables las almendras o avellanas.
Por último, los productos integrales tampoco deben faltar en la dieta. El ácido fólico y la vitamina B6 que contienen contribuyen a mantener en forma el cerebro. Este tipo de alimentos, de acuerdo con la citada fuente, ayudan a mejorar la memoria y la concentración.
Es claro, de acuerdo con los expertos, que para que el cerebro funcione de manera adecuada, requiere que la alimentación sea equilibrada y variada, al igual que lo necesita el resto del organismo.