El hígado, siendo el órgano más grande del cuerpo, desempeña una función vital en nuestro organismo al participar en la digestión de los alimentos, almacenar energía y eliminar toxinas. Por esta razón, es crucial cuidarlo adecuadamente.

Es fundamental tener en cuenta las graves consecuencias para la salud que pueden surgir en caso de que el hígado presente alguna anomalía, como las enfermedades hepáticas causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C.

“La esteatosis hepática o enfermedad del hígado graso es una condición que produce un exceso de la grasa en este órgano”, destacó el portal Mejor con salud.

Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar. Incluyen hinchazón del abdomen y las piernas, tener moretones con facilidad, cambios en el color de las heces y la orina, así como piel y ojos amarillentos o ictericia, destacó el portal MedlinePlus.

En este último aspecto (la ictericia) “proviene de la bilirrubina, un subproducto de los glóbulos rojos viejos” y que también es un signo de otras enfermedades.

Los expertos han advertido además que las enfermedades hepáticas, a veces no presentan síntomas. Por ello es importante que algunos exámenes de imágenes pueden determinar si hay algún daño o enfermedad en el hígado.

La ictericia proviene de la bilirrubina, un subproducto de los glóbulos rojos viejos y que también es un signo de otras enfermedades. | Foto: Oktay Ortakcioglu

Entre las causas para daños en este órgano se encuentran la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, o una predisposición genética.

Aunque el hígado tiene la capacidad de regenerarse a sí mismo, incluso después de un daño grave, los expertos recomiendan su cuidado, ya que “las afecciones que dañan el hígado pueden provocar cicatrización (cirrosis), esto causa insuficiencia hepática que es una afección potencialmente mortal”, de acuerdo con la Clínica Mayo.

“Pero el tratamiento temprano puede dar al hígado tiempo para sanar”, enfatizó. Mientras que otros expertos consideran que deben mantenerse cuidados como un cambio en la dieta para eliminar muchos alimentos con abundante grasa.

En el caso de las legumbres que ayudan a prevenir la progresión de la enfermedad del hígado graso, se encuentran los frijoles, alubias, lentejas y guisantes que son ricas en proteínas y bajas en calorías y sodio, pero altos en potasio, por lo que disminuye, además, la presión arterial. | Foto: Getty Images

Legumbre

Es importante que, ante los síntomas, lo primero que se debe hacer es acudir al médico para determinar los tratamientos a seguir, incluyendo la posibilidad de cambiar el hábito alimenticio.

Aunque existen medicamentos que pueden ser formulados, algunas conductas como el ejercicio y la dieta pueden ayudar a superar esta situación, por ello el ideal es incluir una dieta con alimentos y productos bajos de grasa, de manera que se pueda ayudar a la regeneración de las células y mejorar la salud hepática.

En relación con los alimentos, deben ser además de bajos en grasas, ricos en carbohidratos complejos, para lo cual hay que incluir frutas y verduras frescas, que son ricas en nutrientes. Adicionalmente, se deben incorporar cereales integrales, como panes, pastas, cereales y arroz, además de carnes magras como el pollo o el pavo.

Se deben eliminar las grasas saturadas que se pueden sustituir por productos como la mantequilla, margarina o manteca o grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra.

Igualmente, “se deben evitar las carnes rojas y los alimentos procesados con alto contenido de grasa, como las papas fritas, alimentos fritos o carnes procesadas”.

Incluir las frutas y verduras, que son alimentos bajos en calorías y que ayudan, además, a adelgazar y a disminuir los niveles de colesterol, ya que son ricas en fibra. | Foto: David Malan

Incluir las frutas y verduras, que son alimentos bajos en calorías y que ayudan, además, a adelgazar y a disminuir los niveles de colesterol, ya que son ricas en fibra.

Sin embargo, los especialistas han hecho una advertencia, se debe tener cuidado con el consumo elevado de alimentos con fructosa (zumos de frutas industriales o derivados), puesto que podría causar mucho daño al hígado, según múltiples investigaciones, señaló el portal Mejor con salud.

Entre los productos que se deben incorporar se encuentran las verduras verdes, las alcachofas, berenjenas, calabacín, tomates, fresas y manzanas

En el caso de las legumbres que ayudan a prevenir la progresión de la enfermedad del hígado graso, se encuentran los frijoles, alubias, lentejas y guisantes que son ricas en proteínas y bajas en calorías y sodio, pero altos en potasio, por lo que disminuye, además, la presión arterial.

Igualmente, se recomienda consumir pescado es especialmente saludable porque contiene ácidos grasos Omega-3.

En relación con algunos productos con grasa saludable, se recomienda el aceite de oliva, los aguacates, los frutos secos, así como las nueces y las semillas.