La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) define las legumbres como cultivos con semillas comestibles secas y con bajo contenido en grasa. Son alimentos que suelen contener alrededor del doble de la cantidad de proteínas que se encuentran en los cereales de grano entero como el trigo, por lo que se constituyen en una fuente importante de este nutriente.

De acuerdo con este organismo internacional, las legumbres son un excelente alimento complementario para que los lactantes y niños pequeños satisfagan sus necesidades diarias de energía. De igual forma, su contenido alto de nutrientes también vuelve a las legumbres productos ideales para las personas vegetarianas y veganas dado que aseguran la ingesta suficiente de proteínas, minerales y vitaminas.

La FAO asegura, además, que al combinarse con alimentos ricos en vitamina C, el gran contenido de hierro de las legumbres puede convertirlas en un alimento poderoso para reabastecer las reservas de hierro, en especial para las mujeres en embarazo, que son más vulnerables a la anemia ferropénica.

Los fríjoles, las lentejas y los garbanzos brindan beneficios a la salud del organismo. | Foto: Getty Images

Beneficios del garbanzo

Una de las muchas opciones de legumbres que le brinda aportes saludables al organismo es el garbanzo. El portal Cuerpo Mente indica que esta legumbre destaca por ser una fuente de carbohidratos de absorción lenta, que producen una asimilación gradual de la glucosa. Esto evita el desequilibrio de los niveles de azúcar y genera una energía constante.

De igual forma, su riqueza en fibra mejora el tránsito intestinal y contribuye a que la absorción de los hidratos de carbono sea todavía más lenta.

Además, se dice que su consumo es bueno para mejorar la circulación sanguínea y cuidar la salud cardiovascular. Esto se debe a que las únicas grasas que tienen los garbanzos son los ácidos grasos omega 3, que son grasas poliinsaturadas beneficiosas que el cuerpo necesita para proteger el corazón y ayudar a reducir cualquier inflamación que se pueda presentar.

Asimismo, varios de los distintos minerales que contienen los garbanzos favorecen el sistema cardiovascular en general, precisa una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Okairy Zuñiga.

Los garbanzos son buenos para cuidar el corazón y el estómago. | Foto: Getty Images

Adicionalmente, por su elevado contenido en potasio y la escasa presencia de sodio, el garbanzo favorece la diuresis o excreción de la orina. Esto es beneficioso en casos de hipertensión arterial, litiasis renal (piedras en el riñón) y cuando se desea eliminar un exceso de ácido úrico. Al ayudar a controlar la presion arterial contribuye a mantener en una buena condición los vasos sanguíneos, permitiendo un flujo adecuado de la sangre.

Garbanzos para el colesterol

Gracias a su riqueza en fibra, el garbanzo resulta saludable para controlar los niveles de colesterol. Este nutriente tiene la posibilidad de reducir la absorción de las grasas y lípidos en el torrente sanguíneo. La fibra disminuye el colesterol gracias a su acción sobre los ácidos biliares, los cuales se forman en el hígado y se almacenan en la vesícula biliar hasta que el organismo los usa.

Si la comida incluye fibra, esta dificulta la absorción de este lípido, lo que conlleva a la disminución de sus niveles en la sangre. En este sentido, el portal de salud Tua Saúde indica que estas legumbres son ricas en antioxidantes, saponinas y fibras solubles, evitando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

Los garbanzos son ricos en proteínas. | Foto: Getty Images

Adicionalmente, la ingesta de garbanzo es buena para el estómago, gracias a que favorece las funciones del intestino, combatiendo el estreñimiento y los parásitos intestinales.

Por último, debido a su importante contenido de magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B, necesarios para el sistema nervioso y muscular, el garbanzo es adecuado para afrontar situaciones de tensión psicofísica y de estrés.