La alimentación influye de manera directa a la hora de prevenir o inducir a que ciertas enfermedades se prevengan o se desencadenen. A lo largo de los años, los profesionales de la salud han hecho énfasis en la importancia de mantener buenos hábitos a lo largo de la vida, donde el paciente no solo se alimente de manera adecuada, sino que duerma el número de horas recomendadas durante la noche, realice actividad física con frecuencia y evite episodios fuertes y largos de estrés.
Entre los padecimientos más frecuentes que se presentan, tanto en pacientes en edad avanzada como en jóvenes, se encuentran los niveles altos de glucosa en la sangre o diabetes, o la presión arterial elevada.
El primer padecimiento solía ser una enfermedad diagnosticada en pacientes de o mayores de 35 años; sin embargo, debido a los malos hábitos y a los excesos en la ingesta de alimentos y productos ultraprocesados, cada vez más pacientes jóvenes o incluso niños tienen sus niveles de glucosa elevados.
Este padecimiento debe ser controlado por un profesional de la salud, por lo general, el paciente debe hacer cambios en su alimentación, si llevaba una vida sedentaria debe empezar a hacer ejercicio de manera regular y debe suministrarse el medicamento, y hacerse los chequeos médicos correspondientes cada vez que el profesional lo indique.
Por su parte, la presión arterial suele ser un padecimiento que surge en pacientes que se encuentran en la etapa del envejecimiento, esto se debe a que los órganos del cuerpo no cuentan con la misma vitalidad, ni con la misma fuerza para llevar a cabo sus funciones; pese a lo anterior, también se puede dar a tempranas edades en pacientes que con un estilo de vida poco saludable en donde han abusado de la ingesta de sal y de productos cargados de sodio.
Este padecimiento por lo general no presenta síntomas, por lo que es pertinente ir a chequeos médicos regulares, pese a que se trate de un paciente sano, esto con el fin de diagnosticar a tiempo y darle el debido manejo a la afección. Las personas que tiene antecedentes de esta patología, es decir, que sus abuelos o padres han padecido o padecen de esta enfermedad, deben comentarlo al médico para poder evitar un diagnóstico tardío.
Cocina Vital -en su sección de salud y cuidado personal -menciona la importancia de incluir las legumbres en la dieta, en especial las lentejas, puesto que estas ayudan a prevenir y tratar los padecimientos antes mencionados, siempre y cuando se influyan en una dieta sana y equilibrada.
Los profesionales recomiendan ingerir este tipo de alimento una a tres veces a la semana. Gracias a su alto contenido de carbohidratos simples es crucial para darle energía al cuerpo, además, al ser un alimento saludable y con fibra soluble, es procesado de manera lenta por el organismo, por ende no hace que un paciente con diabetes tenga subidas de glucosa en su sangre. Esto también ayuda a que el paciente tenga un afecto de saciedad más prolongado.
Las lentejas contienen un alto contenido de minerales esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo y para controlar la presión arterial, entre ellos se destaca el magnesio, el potasio, el fósforo, el hierro, el selenio y el calcio.
El funcionamiento del sistema nervioso se da de una mejor manera, gracias al consumo de lentejas, ya que estas aportan la mayoría de vitaminas del complejo B cruciales. Además, contiene vitaminas A, B1, B6 y C, las cuales cumplen una función antioxidante, protegiendo las células de los radicales libres y de enfermedades que suelen ocasionar inflamación dentro del cuerpo.