La alimentación que el cuerpo recibe resulta clave no solo para su buen funcionamiento, a nivel interno, sino que también se verá reflejado en la apariencia física. A esto se suman qué tanta atención se presta al cuidado en general, la actividad física, el horario recomendado para descansar (entre 7 y 8 horas en adultos) y la hidratación.
Más que una preocupación algunas personas suelen ver señales del envejecimiento prematuras, independientemente de si se hace o no comparación con otras de la misma edad (pues el organismo de cada individuo es diferente). Sin embargo, prácticas comunes y la ausencia de otras pueden derivar en su aparición.
De acuerdo con portales como Mejor con Salud, son varias las causas que podrían conducir a reflejar una edad superior a la actual. Entre estas se encuentra la falta de ejercicio y su posible asociación con flacidez y ‘opacidad’ en la piel.
En la lista también se halla el estrés. En este punto Saber Vivir TV alude a un estudio de la Universidad de Yale sobre el reloj biológico. Este podría ‘ralentizarse’ si, en lugar de permitir que las preocupaciones y tensión tomen un primer plano, se busca llevar el día a día con mayor calma. En otro análisis se habla de un envejecimiento inmunológico.
“Las personas con mayores puntuaciones de estrés tenían perfiles inmunológicos que parecían más viejos, con porcentajes más bajos de combatientes frescos de la enfermedad y porcentajes más altos de células T desgastadas”, señaló Eric Klopack, autor principal de la investigación, reseñado por la cadena internacional CNN.
Las vitaminas contra el envejecimiento
Si bien es cierto que el paso del tiempo no se puede detener y sus signos, de alguna u otra manera, son perceptibles, un objetivo al cuál sí se puede apuntar es propiciar su retraso. No en vano es que la comida vuelve a tomar un papel central, pues de poco funcionaría ligarse solo a productos químicos si no hay control sobre lo recibido por el organismo.
Cuerpo y Mente destaca aquellas con potencial antioxidante al tener un efecto positivo en la protección de las células. En principio está el betacaroteno que en el cuerpo pasa a ser vitamina A y se le atribuyen ventajas para la salud visual, el sistema inmune y la regeneración celular. Se puede encontrar en las zanahorias, espinacas, acelgas, brócoli y una variedad de frutas.
En la lista continúa la vitamina C, también característica por ser antioxidante y ayudar a contrarrestar los radicales libres. Esta aporta en la absorción del hierro y la formación del colágeno. Puede hallarse en los cítricos, De acuerdo con National Institutes of Health, alimentos ricos en esta también son las frutas y verduras (fresas, tomate o brócoli, por ejemplo).
Las vitaminas E y K también son benéficas para alejar los signos de la edad. En cuanto a la primera, tiene la capacidad de proteger la piel de los rayos ultravioleta, además de enfrentar los radicales libres (puede encontrarse en el aguacate, aceite de girasol, almendras, los espárragos, espinacas, entre otros).
Respecto a la K, se le vincula con múltiples beneficios a la hora de prevenir la osteoporosis y las ojeras ‘permanentes’. Su contenido está presente; por ejemplo, en el brócoli, perejil y vegetales que tengan hoja verde oscura, de acuerdo con Cuerpo y Mente.
Otras causas del envejecimiento temprano son una baja calidad del sueño (en este punto se sugiere prescindir de elementos electrónicos previo a dormir). Otro detonante podría ser una alta exposición al sol. El Diario apunta a que el exceso de este deriva en un debilitamiento del colágeno y la elastina.