Las vitaminas son sustancias orgánicas presentes en cantidades muy pequeñas en los alimentos, pero necesarias para el funcionamiento del cuerpo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

De hecho, según Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las vitaminas son un grupo de sustancias que son necesarias para el funcionamiento celular, el crecimiento y el desarrollo normales y existen 13 vitaminas esenciales, pero la cantidad de cada vitamina depende de la edad y del sexo de cada persona.

Así las cosas, el diario argentino Ámbito reveló que la Escuela de Medicina de Harvard sugirió el consumo de vitaminas del grupo B, que incluyen B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6, B7 (biotina), B12 y ácido fólico, para algunas funciones del cerebro como la memoria.

Por ello, la biblioteca de Estados Unidos reveló que se pueden obtener vitaminas B en las proteínas como pescado, pollo, carne de res, huevos y productos lácteos.

Asimismo, los vegetales de hojas verdes, frijoles y judías también tienen vitaminas B al igual que algunos cereales y panes que también se les ha agregado vitaminas B.

De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Para cuidar el cerebro se deben tener otros cuidados adicionales al consumo de vitaminas que incluyen:

1. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

2. Hacer ejercicio físico y mental: la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.

Respecto al ejercicio mental, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, recomienda hacer crucigramas, jugar bridge, tomar caminos diferentes cuando se conduzca, tocar algún instrumento, entre otros.

Además, es ideal memorizar números telefónicos o direcciones, porque esto ejercitará la memoria y con esto se incrementa la capacidad mental. También, es recomendable tener pensamientos positivos, porque la depresión, la tristeza y el estrés no le permiten funcionar de forma adecuada al cerebro.

Otra recomendación es realizarse preguntas cuyas respuestas se deban investigar como, por ejemplo, cuál es la capital de un país, cuánto viven las hormigas, cuál fue la primera canción de un artista, entre otras.

3. No fumar: pues el hacerlo aumenta el riesgo de morir de enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos (cardiovasculares), que incluyen ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

4. Dormir bien: La mayoría de los adultos necesitan de siete a ocho horas de sueño por noche para una buena salud y funcionamiento mental.

5. Reducir el consumo de alcohol y hacerlo con moderación: Para los adultos sanos, esto significa una copa por día, para las mujeres, de todas las edades, y para los hombres, mayores de 65 años. Y hasta dos copas por día, para los hombres menores de 65 años.