Antes la llegada del envejecimiento, dos de los órganos que más se ven afectados son la piel y el cerebro. Una de las enfermedades más diagnosticadas en esta etapa es el Alzheimer; este padecimiento es la forma más común de demencia. La persona que es diagnosticada con esta patología empieza a tener serias complicaciones para desarrollar sus actividades diarias, según explica la Biblioteca de salud y medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus.

Esta enfermedad surge por etapas y las personas van perdiendo de a pocos su capacidad para recordar cosas básicas. Por ejemplo, en la primera fase del Alzheimer, las partes del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje se ven fuertemente afectadas.

Los pacientes que son diagnosticados con esta patología les cuesta recordar acontecimientos que surgieron hace poco tiempo; además, empiezan a olvidar el nombre de las personas y su parentesco con ellas, incluso cuando viven en la misma casa.

Con el paso de los meses la situación puede empeorar, generando que los individuos con dicha enfermedad olviden hablar, escribir y leer. Incluso pueden olvidar, hacer hábitos tan cotidianos como cepillarse el cabello o lavarse los dientes. Luego de varios años, pueden volverse personas ansiosas o agresivas e incluso deambular por las calles sin rumbo alguno; por eso, necesitan de un acompañamiento permanente.

Estos pacientes empiezan a olvidar el nombre de las personas y su parentesco con ellas, incluso cuando viven en la misma casa. | Foto: Getty Images

Curiosidades acerca del cerebro

Bayer en su portal web menciona algunas curiosidades del cerebro. No en vano se considera como el órgano más complejo dentro del ser humano, incluso aún faltas varias cosas por relevar acerca de su funcionamiento.

  • El cerebro puede llevar a cabo 50 actividades diferentes al mismo tiempo.
  • La capacidad de memoria de este órgano es de un petabyte, aproximadamente. Eso equivale a la cantidad necesaria para almacenar todo lo que se encuentra en internet.

El medio destaca que para que el cerebro funciona a cabalidad necesita de bastante energía; es por esto, que menciona cuáles son las vitaminas esenciales para su funcionamiento.

“Entre las más importantes se encuentran ocho compuestos orgánicos hidrosolubles: las vitaminas del grupo B. En este grupo se incluyen las vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6 (piridoxina), B7 (biotina), B9 (ácido fólico) y B12 (cobalamina), que juntas desempeñan varias funciones vitales que mantienen al cerebro en funcionamiento”.

Para que este órgano pueda funcionar bien, los neurotransmisores también deben hacerlo, estos se encargan de enviar señales entre las neuronas cerebrales, además, es allí donde nacen, gracias a la interacción de diferentes sustancias químicas, incluidas varias vitaminas del grupo B.

“La vitamina B6 (piridoxina) ayuda a la formación de neurotransmisores como la dopamina, asociada a las sensaciones de gratificación, felicidad y placer”. La deficiencia de algunos neurotransmisores puede afectar de manera directa el desarrollo cognitivo. Cuando una persona tiene niveles bajos de dopamina, pueden sentir fatiga y depresión.

¿En qué alimentos encontrar estas vitaminas?

  • B1 (Tiamina): productos integrales y alimentos fortificados como el pan, los cereales, las pastas y el arroz. Carne (en especial de cerdo) y pescado. Legumbres (como los frijoles negros y la soja), semillas y nueces.
  • B2 (Riboflavina): huevos, vísceras (como hígado y riñones), carnes magras y leche parcialmente descremada. Algunas hortalizas (como hongos y espinacas). Cereales fortificados, pan y otros productos a base de cereales.
  • B5 (Ácido pantoténico): carne de res, pollo, mariscos y vísceras Huevos y leche. Verduras como champiñones (especialmente shiitakes), aguacates, papas y brócoli. Granos enteros, como trigo integral, arroz integral y avena. Maní, semillas de girasol y garbanzos
  • B6 (Piridoxina): pecados como el atún y el salmón. Frutas como el banano. Legumbres (frijoles secos y garbanzos). Carne de res, de aves y de cerdo. Frutos secos como las nueces. Granos enteros y cereales fortificados.
  • B12 (Cobalamina): pescado, carne, carne de aves, huevos, leche y otros productos lácteos. Almejas e hígado de res. Productos como cereales para el desayuno enriquecidos con este compuesto.