Cada año, más de 8 millones de personas mueren como consecuencia del tabaco, donde más de 7 millones de estas defunciones se deben a su consumo directo, mientras alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposición de no fumadores al humo ajeno, es decir que los efectos del mismo no solo perjudican a quien tiene ese hábito, sino a quien inhala el humo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin duda, el consumo de tabaco es uno de los mayores desafíos de salud pública en todo el mundo, así como una de las adicciones más comunes en la actualidad, lo que ha llevado a convertirse en uno de los principales factores de riesgo para enfermedades como la Epoc (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).
De hecho, dejar de fumar es uno de los procesos más difíciles que pueden llegar a tener a lo largo de su vida los consumidores del tabaco, pues en muchos casos ya se vuelven dependientes a la nicotina, mientras surge el síndrome de abstinencia.
Por lo anterior, existen métodos naturales que podrían servir en el objetivo de dejar el cigarrillo. Uno de ellos es el uso de las plantas medicinales, las cuales se han convertido desde tiempos milenarios en alternativas muy usadas para ayudar a aliviar o prevenir diversas afecciones de salud. Su ingesta regular complementando una dieta saludable y la práctica de ejercicio físico puede ser de gran utilidad para el organismo. Sin embargo, aunque se trata de productos naturales, lo mejor siempre es consultar primero con el médico antes de hacer un uso permanente.
Se trata de la llamada hierba llantén, o también conocida por su nombre científico como Plantago Major, una planta que crece regularmente en pastizales, campos de cultivo y en terrenos que han sufrido cambios en su uso del suelo, sin importar el tipo de clima. Además, puede llegar a medir hasta 20 centímetros de alto, con hojas en forma de roseta basal y pequeños vellos en el haz y envés, así como flores de color blanquecino, describió Infobae.
El llantén es una planta medicinal originaria de Europa, Asia y norte de África que se encuentra distribuida actualmente en todo el mundo y que, gracias a sus propiedades antisépticas, astringentes, desinflamantes, cicatrizantes y depurativas, entre otras, según el Ministerio de Salud de Chile, ayuda a combatir el tabaquismo.
“(El llantén) reduce el colesterol y contribuye a abandonar el hábito del tabaco”, precisa el documento Herbolaria oaxaqueña para la salud, publicado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) de México.
A su vez, esta planta medicinal ayuda a aliviar afecciones que padecen los fumadores habituales, como padecimientos de las vías respiratorias, así como permite combatir en contra de las inflamaciones de boca y garganta, incluyendo anginas, amígdalas y gingivitis. Por lo que, esta hierba hace parte de los ingredientes de medicamentos enfocados a combatir el consumo al cigarrillo, entre ellos el llamado “Jarabe de los fumadores”.
Otros beneficios del consumo de llantén
El portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señaló que el llantén tiene varios beneficios para la salud como, por ejemplo:
- Facilitar la cicatrización de heridas por polifenoles, polisacáridos y antioxidantes que contiene.
- Previene el surgimiento de úlceras gástricas debido a que poseen la capacidad de reducir la acidez del jugo gástrico.
- Controlar el azúcar en la sangre, ya que posee flavonoides, esteroles y taninos, que son compuestos que ejercen un efecto hipoglucémico.
- Antidiarreica por su contenido de taninos, flavonoides y alcaloides que reducen la secreción y la acumulación de líquido en el intestino.
- Tiene un efecto antiinflamatorio y antibacteriano debido a su contenido de iridoides y flavonoides.
Por último, cabe aclarar que el llantén está contraindicado en mujeres embarazadas y que estén en período de lactancia, niños menores de dos años y personas con problemas del corazón. Adicional, tiene efectos secundarios como: somnolencia, cólicos intestinales y deshidratación.
Antes de consumir alguna planta medicinal, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las recomendaciones anteriores no son las indicadas para todas las personas y de ninguna manera sustituye la asesoría médica.