Una nueva investigación dirigida por la NASA proporciona una mirada más cercana a una estrella cercana que se cree que se parece a nuestro Sol.

El trabajo permite a los científicos comprender mejor cómo pudo haber sido el Sol cuando era joven y cómo pudo haber dado forma a la atmósfera de nuestro planeta y al desarrollo de la vida en la Tierra.

Kappa 1 Ceti se encuentra a unos 30 años luz de distancia y se estima que tiene entre 600 y 750 millones de años, aproximadamente la misma edad que tenía nuestro Sol cuando se desarrolló la vida en la Tierra. También tiene una masa y una temperatura de superficie similares a las de nuestro Sol, dijo en un comunicado el autor del estudio Meng Jin, heliofísico del Instituto SETI y del Laboratorio Solar y de Astrofísica Lockheed Martin en California.

Kappa 1 Ceti se encuentra a unos 30 años luz de distancia y se estima que tiene entre 600 y 750 millones de años, aproximadamente la misma edad que tenía nuestro Sol cuando se desarrolló la vida en la Tierra.

Todos esos factores hacen de Kappa 1 Ceti un “gemelo” de nuestro joven Sol en el momento en que surgió la vida en la Tierra, y un importante objetivo de estudio.

El nuevo estudio ha adaptado un modelo solar existente para predecir algunas de las características más importantes, aunque difíciles de medir, de Kappa 1 Ceti. El modelo se basa en la entrada de datos de una variedad de misiones espaciales, incluido el telescopio espacial Hubble de la NASA / ESA, el satélite de exploración de exoplanetas en tránsito de la NASA y las misiones NICER, y el XMM-Newton de la ESA. El equipo publicó su estudio en The Astrophysical Journal.

Aunque los análogos solares pueden ayudar a resolver uno de los desafíos de echar un vistazo al pasado del Sol, el tiempo no es el único factor que complica el estudio de nuestro joven Sol. También hay distancia.

Tenemos instrumentos capaces de medir con precisión el viento estelar de nuestro propio Sol, llamado viento solar. Sin embargo, todavía no es posible observar directamente el viento estelar de otras estrellas de nuestra galaxia, como Kappa 1 Ceti, porque están demasiado lejos.

Cuando los científicos desean estudiar un evento o fenómeno que no pueden observar directamente, los modelos científicos pueden ayudar a llenar los vacíos. Los modelos son representaciones o predicciones de un objeto de estudio, construidas sobre datos científicos existentes. Si bien los científicos han modelado previamente el viento estelar de esta estrella los autores del nuevo estudio utilizaron suposiciones más simplificadas.

La base del nuevo modelo de Kappa 1 Ceti es el Alfvén Wave Solar Model, que se encuentra dentro del marco de modelado del clima espacial desarrollado por la Universidad de Michigan. El modelo funciona ingresando información conocida sobre una estrella, incluido su campo magnético y los datos de la línea de emisión ultravioleta, para predecir la actividad del viento estelar. Cuando el modelo se ha probado en nuestro Sol, se ha validado y cotejado con los datos observados para verificar que sus predicciones son precisas.

“Es capaz de modelar los vientos y la corona de nuestra estrella con alta fidelidad”, dijo Jin. “Y es un modelo que también podemos usar en otras estrellas para predecir su viento estelar y así investigar la habitabilidad. Eso es lo que hicimos aquí”.

*Con Europa Press