La obesidad en Colombia es más frecuente en las mujeres (22,5 %) que en los hombres (14,4 %), según datos de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (Ensin) de 2015. Más allá de la cifra, esta enfermedad tiene un gran impacto en la salud femenina, especialmente cuando quiere tener hijos, durante el embarazo y en el parto.
“Es como si la mujer tuviera un peso para embarazarse” señala la ginecóloga y especialista en reproducción y endocrinología ginecológica, Ivonne Díaz Yamal.
Se ha encontrado que esta incapacidad de tener hijos se da porque “la obesidad produce una dificultad en los ciclos menstruales, debido a una disminución de la ovulación. El exceso de grasa corporal se refleja en una alteración hormonal, que va finalmente a disminuir la ovulación de las pacientes”, explicó la ginecóloga.
Se han hecho estudios, reseña la médica Díaz, entre pacientes sometidas a fecundación in vitro con obesidad y con peso saludable, el resultado es que la calidad de los embriones que se obtienen es mejor en las mujeres que no tienen obesidad, por ende, la posibilidad de quedar embarazadas entre las de mayor peso es inferior.
La obesidad se convierte también en una enemiga para la mujer durante el embarazo porque “le produce un estado inflamatorio crónico, generando un medio ambiente tóxico para ese embarazo que la llevan a tener más posibilidades de un aborto”.
Si la paciente queda embarazada y tiene obesidad podría tener complicaciones como preeclamsia (presión arterial elevada), retardo de crecimiento intrauterino, y correrá el riesgo de generar diabetes gestacional (aparece por primera vez durante el embarazo).
Otra de las enemigas entre las mujeres con obesidad es el síndrome de ovario poliquístico, considerado como un trastorno hormonal que ocasiona ovarios de mayor tamaño con pequeños quistes en los bordes externos.
Resalta la ginecóloga Díaz, que algunas pacientes en edad reproductiva y que viven con obesidad crean un ambiente más propicio para generar el ovario poliquístico, por resistencia a la insulina. Y a su vez, la mujer a la que se le desarrolla este trastorno tiende a generar obesidad, es decir, van de la mano.
Desafortunadamente la obesidad también ataca a la mujer durante la menopausia y la postmenopausia, y le suma un mayor riesgo cardiovascular, al disminuirse la generación de hormonas que protegen el corazón de las féminas.
De igual forma, esta enfermedad está relacionada con el infarto agudo de miocardio, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo II.
Para evitar caer en la obesidad, así como en el desarrollo de estas enfermedades la clave está en la prevención; llevar una vida saludable con una dieta recomendada por el médico o nutricionista, así como un plan de actividad física programado por el médico deportólogo.
Así lo recomienda la especialista Díaz Yamal, quien señala que el papel de los ginecólogos va más allá de atender las enfermedades femeninas.
Como parte de un grupo multidisciplinario en donde intervienen el médico internista, endocrinólogo, nutricionista y deportólogo, entre otros, los ginecólogos alertan a las mujeres para que prevengan el exceso de peso y así eviten la aparición de enfermedades que impactan su salud durante toda su vida reproductiva y no reproductiva.
La recomendación es que las mujeres, por ser las que más desarrollan la obesidad, trabajen desde niñas en la prevención.
Para ellas se recomienda el autodiagnóstico como un primer aliado para prevenir el sobrepeso y la obesidad. Existen herramientas para saber el Índice de Masa Corporal (IMC), el primer indicador para entender si su peso está dentro de los límites ideales para esa persona. Una de ellas es el sitio web www.laverdaddesupeso.com en donde se puede calcular este índice, además de encontrar recomendaciones de expertos para llevar una vida saludable.