Conciliar el sueño puede ser un objetivo difícil de cumplir para muchas personas. Algunos factores como el estrés y las preocupaciones de la rutina diaria pueden influir a la hora de dormir.
Y es que el insomnio afecta la cotidianidad de las personas, pues disminuye la energía y el estado de ánimo. Dormir es muy importante para el bienestar del cuerpo. Los expertos recomiendan siete a ocho horas de descanso en la noche, para levantarse con energía y que el cerebro pueda realizar su correcto ciclo de sueño.
Para muchas personas, este trastorno puede ser muy difícil de sobrellevar. Para hacerlo, lo primero es consultar al médico para iniciar un tratamiento y mejorar la calidad de vida del paciente.
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, menciona los síntomas del insomnio:
- Dificultad para conciliar el sueño a la noche.
- Despertarse durante la noche.
- Despertarse muy temprano.
- No sentirse bien descansado después del sueño nocturno.
- Cansancio o somnolencia diurnos.
- Irritabilidad, depresión o ansiedad.
- Dificultad para prestar atención, concentrarse en las tareas o recordar.
- Aumento de los errores o los accidentes.
- Preocupaciones constantes respecto del sueño.
El sueño es fundamental para que el cuerpo recupere energía y pueda funcionar al 100 % al día siguiente. Los expertos recomiendan siete a ocho horas de descanso en la noche para que el cerebro pueda desarrollar correctamente el ciclo del sueño.
Aunque el insomnio es común, suele afectar frecuentemente más a las mujeres que a los hombres, explica Medline Plus. Todas las personas pueden sufrir de este trastorno del sueño, sin embargo, hay quienes tienen un mayor riesgo si:
- Tienen mucho estrés.
- Están deprimidos o tienen otros problemas emocionales, como el divorcio o la muerte de un cónyuge.
- Tienen problemas de dinero.
- Trabajan de noche o con cambios frecuentes en el horario laboral.
- Viajan largas distancias con cambio de horas.
- Llevan un estilo de vida sedentario.
- Son afroamericanos: los estudios señalan que las personas afroamericanas tienen mayor dificultad para conciliar el sueño, no duermen bien y tienen mayores problemas respiratorios asociados al dormir que las personas blancas.
Además de consultar con un médico sobre las alternativas para combatir el insomnio, existen algunas opciones naturales que funcionan como un complemento al tratamiento de este trastorno.
En ese sentido, las cerezas ácidas contienen melatonina, lo que podría ayudar. Un estudio del European Journal of Nutrition encontró que las personas que tomaban una onza de jugo de cereza por la mañana y antes de acostarse, durmieron 40 minutos más que las personas que no lo hicieron.
A su vez, el portal de Marie Claire destaca varios alimentos, que gracias a sus propiedades ayudan a tener un sueño reparador.
Vegetales de hoja verde: son recomendables especialmente para la cena, pues además de tener muchas vitaminas son ligeros.
Pescado azul: el salmón, las sardinas o la caballa son una gran opción para la última comida del día. Ayudan a promover un buen descanso.
Frutos secos: las nueces tienen un contenido alto de triptófano, el cual es un aminoácido importante para la producción de serotonina y melatonina (fundamentales para equilibrar el sueño).
Carne: consumir a la plancha con verduras.
Fresas y cerezas: tiene un alto contenido de vitamina C y triptófano.
Productos lácteos: de acuerdo con el sitio web, un vaso de leche tibia antes de dormir contribuye a conciliar el sueño. El yogur y el queso son alimentos ricos en triptófano, por lo cual son una buena opción para cenar y tener un sueño reparador.
¿Cómo dormir mejor?
Para algunas personas, dormir las horas suficientes es complicado debido a que trabajan en oficios nocturnos o donde hay un cambio constante de turnos. Para esto, Medline Plus señala algunas recomendaciones para mejorar el ciclo del sueño:
- Tomar siestas y aumentar la cantidad de tiempo disponible para dormir.
- Mantener las luces prendidas en el lugar de trabajo.
- Limitar los cambios de turno para permitir que el cuerpo se ajuste.
- Consumir cafeína solo al comienzo del turno.
- Remover las fuentes de sonido y luz durante el descanso diurno (por ejemplo, usar cortinas que bloqueen la luz).