La piña es una planta de la familia de las bromeliáceas y por su variada procedencia, se puede disponer de ella todo el año, de acuerdo con la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Además, un reporte del Boletín de Ciencias Agropecuarias del Icap y citado por El Universal reveló que les “fuente de antioxidantes naturales y compuestos bioactivos, que no solo proporcionan un beneficio nutricional a los consumidores, sino que, debido a su composición fitoquímica, también ayudan a prevenir o retrasar el desarrollo de padecimientos crónico-degenerativos, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares”.
Asimismo, la fundación explicó que la piña es fuente de vitamina C que contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo y yodo que contribuye al metabolismo energético normal y a la producción de hormonas tiroideas y a la función tiroidea normal.
Sobre la misma línea, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que la piña tiene otras propiedades como:
- “Actúa como antiinflamatorio, por ser rico en bromelina, principalmente su cáscara;
- Reduce los riesgos de trombosis, por contener bromelina y antioxidantes;
- Alivia los dolores en las articulaciones, por actuar como antiinflamatorio;
- Mejora la salud de la piel y del cabello, por ser rico en vitamina C y betacaroteno;
- Disminuye los dolores musculares después del entrenamiento, debido a que es antiinflamatorio y favorece la recuperación muscular”.
No obstante, los frutos recolectados prematuramente resultan ácidos y pobres en nutrientes.
Así las cosas, el portal indicó que esta fruta puede consumirse fresca, deshidratada, en conserva, agregándose a diversas preparaciones como jugos, ensaladas, yogures, postres y dulces y para obtener estos beneficios, se debe consumir una rebanada gruesa (80 g) de piña por día.
Por ello, para saber cuándo la piña está lista para comer hay que fijarse en varias cosas: por un lado, las hojas deben estar verdes, si están cafés o con aspecto seco es que no está madura del todo o se ha pasado, además las hojas deben desprenderse con facilidad. Si al tocarla los dedos se hunden significa que la piña está pasada, tiene que estar dura y debe pesar, ya que tiene mucho jugo en su interior. El color debe ser amarillento tirando a dorado, si tiene muchas zonas verdes es que todavía no está en su punto.
Adicional, una vez partida la piña no hay que tardar mucho en consumirla porque se estropea, para que dure más hay que guardarla de forma hermética y taparla bien. Si no se quiere consumir toda la piña en una sola vez, una buena opción es partirla, meterla en bolsitas y congelarla. Si la congelación se hace de manera correcta, el valor nutricional no cambia de manera significativa, por lo que su contenido en nutrientes es prácticamente el mismo. También se debe descongelar de modo correcto, es decir, lo mejor es que se descongele dentro de la nevera y no a temperatura ambiente.
De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Información nutricional por 100 gramos de piña
- Energía: 48 kcal
- Carbohidratos: 12,3 g
- Potasio: 131 mg
- Proteínas: 0,9 g
- Vitamina B1: 0,17 mg
- Grasas: 0,1 g
- Vitamina C: 34,6 mg
- Fibras: 1 g
- Calcio: 22 mg