Gracias a los beneficios para la salud que ofrecen los tés de hierbas, cada vez más ha sido el interés de las personas en torno a conocer sus propiedades y consumir estas bebidas día a día. El té de lavanda, por ejemplo, es una de las decocciones con más beneficios para la salud debido a su composición.
A nivel general, las propiedades de la lavanda son curativas y buenas para el cuerpo, así que sin dudarlo debe ser una bebida importante en la alimentación. Gracias a estas propiedades, el té de ofrece muchos beneficios.
A nivel general, el informe Diccionario de plantas medicinales señala que la lavanda es antiséptica, sedante, antiinflamatoria, antivírica, astringente, carminativa, antiespasmódica, diurética, digestiva, antiespasmódica, hipotensora y cicatrizante.
Los autores de la investigación indican que uno de los beneficios más comunes disponibles es la capacidad de reducir los problemas estomacales como la hinchazón, los cólicos, las infecciones intestinales o el estómago mismo. Esto se debe a sus propiedades antiinflamatorias y relajantes. Al ser un sedante, las personas que sufren de insomnio pueden tomar una taza de té de lavanda para conciliar el sueño y les ayudará a relajarse y dormir. Además, es eficaz contra el estrés y la ansiedad, mejorando el estado de ánimo.
Si una persona tiene fiebre, la infusión de lavanda permitirá mantener el calor bajo control por el hecho que estimula la sudoración en el cuerpo y baja la temperatura corporal sin la necesidad de consumir fármacos u otra clase de medicamentos. Además, sus propiedades broncodilatadoras son de gran ayuda para problemas relacionados con las vías respiratorias.
Una taza de este té mejorará la salud bucal al prevenir el mal aliento, ayudar a las encías sensibles y curar heridas, úlceras y úlceras en la boca. Si sufre de dolor premenstrual, esto puede ayudar a aliviar la sintomatología presente.
Al igual que el resto de bebidas, este también tiene contraindicaciones. En primer lugar, los expertos señalan que no es recomendado tomar más de tres tazas al día, debido a que los efectos se presentarán más de lo contemplado y el cuerpo no los asimilará con normalidad.
Por otro lado, no es recomendado poner a bebés menores de tres años a ingerir esta infusión, a menos que un especialista de la salud lo avale. Tampoco se puede ingerir si una persona cuenta con antecedentes alérgicos a plantas.
Los pacientes que tienen enfermedades del hígado, de carácter neurológica, Parkinson, epilepsia, gastritis, colitis o síndrome del ingestión, la sugerencia de los expertos es no ingerir el té de lavanda, dado que no es recomendado si no tiene la aprobación de un especialista de la salud. De igual modo, las embarazadas deben estar alejadas lo más que se pueda del consumo de esta infusión.
En caso de no hacer parte de ninguno de los grupos mencionados anteriormente ni tener ninguna alergia o enfermedad, una persona es libre de sacarle provecho al té. Para incluirlo en la dieta, no se requiere mucho trabajo preparar la bebida.
Los ingredientes requeridos son: una botella con agua, una cucharada sopera con lavanda seca, una cucharada de miel y unas gotas de limón. En primer lugar, se coloca en un recipiente el agua para calentarla hasta alcanzar el punto de ebullición. Posteriormente, se le agrega a la mezcla las hojas y luego se deja reposar alrededor de diez minutos.
Cuando haya pasado ese tiempo, el agua debe colarse y la infusión estará lista. Si se desea, la miel y gotas de limones mejorarán el sabor del té de lavanda.