El colon es conocido como el intestino grueso y hace parte del sistema digestivo. Allí el cuerpo produce y almacena las heces, que posteriormente son eliminadas.
Alimentarse bien es clave para que este órgano funcione de la manera indicada. Un estudio publicado en la revista médica Journal of Translational Medicine asegura que una buena alimentación favorece el equilibrio de la microbiota intestinal y disminuye el riesgo de enfermedad, no solo a nivel digestivo sino en otros sistemas.
Cuidar la dieta es importante, pues el colon está expuesto al desarrollo de afecciones como cáncer colorrectal; pólipos, que son crecimientos de tejido que pueden volverse cancerosos, y colitis ulcerativa, un padecimiento caracterizado por úlceras que se extienden al recto, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. De igual forma, una de las afecciones es el síndrome del intestino irritable.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos indica que para facilitar los procesos digestivos y cuidar la salud del colon, la dieta de cualquier persona debe contener importantes cantidades de fibra y evitar el gluten.
La fibra es un nutriente que se caracteriza porque ablanda las heces y facilita la evacuación. Las Pautas dietéticas para estadounidenses, 2020–2025 recomiendan que los adultos consuman entre 22 y 34 gramos de fibra por día.
Existen dos tipos de fibra: soluble e insoluble. La primera se encuentra en los fríjoles, frutas y productos de avena y, la segunda, en alimentos integrales y verduras. La recomendación es agregar alimentos con fibra poco a poco a la dieta para que el cuerpo se acostumbre, pues el exceso puede causar gases.
De manera complementaria y con el fin de que el colon se mantenga limpio, se puede recurrir a la ingesta de algunas bebidas caseras. Una de ellas se puede preparar con nopal y semillas de chía. Esta planta destaca por un alto contenido de fibra, antioxidantes y carotenoides por lo que contribuye a aliviar síntomas de diversas enfermedades.
Uno de los tipos de fibra que contiene es la pectina, que mejora la digestión y el tránsito intestinal, reduciendo los síntomas tanto de diarrea como de estreñimiento. Además de esto, evita el desarrollo de úlceras gástricas, según información del portal de bienestar y salud Tua Saúde.
Estos beneficios se potencian si se mezcla con semillas de chía, las cuales tienen una alta concentración de mucílagos, un tipo de fibra soluble que crece al entrar en contacto con el agua, lo que hace que crezca en el tracto digestivo y presione las paredes intestinales para la remoción de las heces.
De ese modo, estimula el movimiento de los intestinos y mejora las condiciones generadas por el estreñimiento. Esos mucílagos crean a su vez una red viscosa que hidrata y lubrica el tubo gastrointestinal, lo que facilita también la expulsión de los desechos que se encuentran en el colon, señala el portal Cuerpo Mente.
Para preparar el jugo se requiere de una penca de nopal, una cucharadita de semillas de chía y un vaso de agua. Se limpia la penca, se corta en tiras y se agrega a la licuadora con el agua y las semillas. Se procesa hasta obtener una mezcla homogénea y estará liso para consumir. Este licuado se puede tomar preferiblemente en ayunas y esperar 20 minutos antes de consumir un alimento sólido.
Otras opciones
Otras plantas favorables en el propósito de limpiar el colon y facilitar la digestión son el tomillo y la manzanilla. El primero tiene propiedades antisépticas y su té es ideal para aliviar problemas digestivos, parásitos intestinales, diarrea, infecciones estomacales e hinchazón abdominal, según el portal Su Médico.
En el caso de la manzanilla es un remedio natural que favorece la digestión y ayuda a calmar el malestar estomacal, las úlceras gástricas, la diarrea y la tensión muscular abdominal. “El té de manzanilla tiene propiedades antiinflamatorias que calman las molestias intestinales y desintoxican el colon”, indica la citada fuente.
Si bien se trata de remedios naturales, siempre es importante consultar con el médico y más si se tiene alguna enfermedad metabólica como, por ejemplo, diabetes o hipertensión, o crónica como insuficiencia renal, pues las propiedades de estas bebidas podrían interferir en tratamientos médicos.