La artritis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación y sensibilidad de una o más articulaciones, lo que normalmente causa dolor y rigidez, molestias que en muchas ocasiones tienden a empeorar con la edad.
Los tipos más frecuentes de artritis son la artrosis y la artritis reumatoide. La primera hace que el cartílago, el tejido duro y resbaladizo que recubre los extremos de los huesos donde forma una articulación, se rompa; mientras, en la segunda, el sistema inmunológico ataca las articulaciones, comenzando con el revestimiento de estas, explica el instituto de investigación Mayo Clinic.
Normalmente, todas las artritis pueden generar dolor y los tratamientos médicos se centran en aliviar las molestias. Adicionalmente, es posible el uso de algunos remedios naturales que es posible que ayuden a controlar los síntomas leves, particularmente si se usan como complemento.
Por ejemplo, hay ciertas plantas que tienen propiedades antiinflamatorias que ayudarían con la artritis reumatoide (AR) o con la osteoartritis (OA). Sin embargo, siempre es importante consultar primero con un médico, ya que algunas opciones pueden interactuar con los medicamentos existentes.
Una de esas alternativas es la cúrcuma. Esta raíz contiene curcumina, un polifenol conocido por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Esta es una especia que durante años ha ocupado un lugar privilegiado en la medicina tradicional china y ayurvédica para mitigar el dolor y la hinchazón inherentes a diversos trastornos músculo-esqueléticos, incluyendo la artritis y la osteoartritis.
Los beneficios de la cúrcuma
Según el portal Medical News Today, hay investigaciones que sugieren que tanto la cúrcuma como sus compuestos pueden ser útiles para los síntomas de la artritis, incluyendo la reumatoide.
“Una revisión sistemática de 2016 examinó los datos de ocho ensayos clínicos aleatorios que investigaron la eficacia de los extractos de cúrcuma y curcumina para tratar los síntomas de la artritis articular”, precisa.
En el análisis, los científicos concluyeron que había suficientes pruebas para sugerir que tomar 1.000 miligramos (mg) de curcumina cada día durante ocho a 12 semanas puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación que genera la artritis, en particular la osteoartritis.
Los resultados también indicaron que los extractos de curcumina podrían ser tan eficaces como tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno (Advil) y el diclofenaco (Voltaren).
Sin embargo, dado que los estudios eran muy pequeños, los investigadores determinaron que se requiere de mayor análisis que permita ratificar estos resultados. Mientras tanto, recomiendan que las personas con artritis utilicen la curcumina como suplemento dietético, además de la terapia convencional.
Otro estudio en el que participaron 36 personas con artritis reumatoide probó una formulación biodisponible de curcumina. Después de 90 días de tratamiento, los participantes que tomaron curcumina informaron de mejoras significativas en su dolor e inflamación en comparación con los del grupo de placebo. Así las cosas, esta especia es una buena alternativa para aliviar las molestias generadas por este padecimiento.
Es importante aclarar que los estudios se han centrado más en la curcumina, que en la cúrcuma en total; pero dado que este es el principal compuesto activo de esta raíz, los beneficios podrían extenderse. Una de las formas de consumirla es en infusión o té y particularmente en lo relacionado con la curcumina, esta puede obtenerse en suplementos dietéticos.
Otras alternativas naturales
- Boswellia: quienes practican la medicina alternativa usan Boswellia serrata, también llamada incienso, por sus propiedades antiinflamatorias. Según un estudio publicado en 2011, el ácido boswélico parece tener efectos antiinflamatorios que podrían ayudar a las personas con artritis.
- Jengibre: algunos estudios determinaron que los mismos compuestos que le dan al jengibre su sabor fuerte, también tienen propiedades antiinflamatorias. Su raíz está considerada como uno de los remedios naturales por excelencia para combatir los síntomas asociados a la artritis, según la revista Mejor con Salud. Se puede preparar en infusión, agregarlo en polvo a los alimentos o rallado.
- Uña de gato: esta es otra hierba antiinflamatoria. La Fundación de la Artritis indica que, al igual que muchos medicamentos convencionales para la artritis reumatoide, la uña de gato elimina el factor de necrosis tumoral (FNT). Sin embargo, puede producir efectos secundarios como náuseas y mareos, presión arterial baja y dolor de cabeza. No se debe usar si la persona toma anticoagulantes, medicamentos inmunodepresores o padece de tuberculosis.