La enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia, es un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se encoja (atrofia) y que las neuronas cerebrales mueran, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Además, explicó que los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes, pero a medida que la enfermedad progresa, una persona con enfermedad de Alzheimer presentará un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas.
De hecho, las personas con enfermedad de Alzheimer pueden exhibir las siguientes conductas:
- Repetir afirmaciones y preguntas una y otra vez.
- Olvidarse de conversaciones, citas o eventos, y no recordarlos después.
- Colocar sistemáticamente objetos personales en el lugar equivocado, a menudo en lugares absurdos.
- Perderse en lugares que ya conocen.
- Finalmente, olvidarse de los nombres de familiares y objetos de uso cotidiano.
- Tener problemas para identificar objetos con las palabras correctas, expresar pensamientos o participar en conversaciones.
No obstante, pese a que no hay ningún tratamiento que cure la enfermedad de Alzheimer o que altere la evolución de la enfermedad en el cerebro si existen alimentos que ayudan a equilibrar las funciones de las neuronas como lo es la granada, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’.
“Las semillas y la cáscara de la granada tiene compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que ayudan a equilibrar las funciones de las neuronas, mejorando los niveles de la memoria y previniendo el surgimiento del Alzheimer”, explicó el portal portugués.
Información nutricional por 100 gramos de granada
- Energía: 60 calorías
- Agua: 83,3 g
- Proteína: 0,4 g
- Grasas: 0,4 g
- Carbohidratos: 12 g
- Fibras: 3,4 g
- Vitamina A: 6 mcg
- Vitamina C: 13 mg
- Ácido Fólico: 10 mcg
- Potasio: 240 mg
- Fósforo: 14 mg
De todos modos, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, según la entidad sin ánimo de lucro, las pruebas sugieren que los cambios en la alimentación, el ejercicio y los hábitos (pasos para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular) podrían, también, reducir el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer y otros trastornos que causan demencia.
Así las cosas, algunas recomendaciones que pueden reducir el riesgo de la enfermedad son:
- Hacer ejercicio en forma regular. Las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
- Llevar una alimentación de productos frescos, aceites saludables y alimentos bajos en grasas saturadas, como la dieta mediterránea, pero antes de empezar con alguna dieta se debe consultar a un experto de la salud para que este sea quien guíe e indique qué es lo más indicado para cada persona.
- Seguir las pautas de tratamiento para controlar la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto.
- Dejar de fumar, si se hace.
“Los estudios demostraron que participar en eventos sociales, leer, bailar, jugar juegos de mesa, crear arte, tocar instrumentos musicales y otras actividades que requieren un compromiso mental y social ayudan a conservar las capacidades intelectuales en la edad adulta y reducen el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer”, señaló la entidad sin ánimo de lucro en su portal web.