La sandía es la fruta que más cantidad de agua contiene, hasta un 95 % de su peso, por eso es uno de los alimentos más hidratantes. Además, es una de las favoritas por la mayoría de las personas, incluso, suele ser la que prefieren los niños a la hora de comer una fruta, por su exquisito sabor, color y frescura.
Sin embargo, pocos saben que este alimento también ayuda a reducir el colesterol total y colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) o ‘colesterol malo’.
Al ser un alimento rico en licopeno, la sandía se convierte en un perfecto antioxidante que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en la sangre, además de ser una opción ideal para mejorar la presión arterial, según el portal de bienestar y salud, GastrolabWeb.
La doctora Elizabeth Klodas, cardióloga y fundadora de Step One Food, formada en Mayo Clinic y Johns Hopkins, es una de las que recomienda esta fruta para disminuir el colesterol y tener un corazón saludable. “Cambia los bocadillos de azúcar por un poco de sandía dulce si quieres bajar el colesterol. La sandía contiene naturalmente licopeno, que tiene propiedades hipolipemiantes, reduciendo el colesterol total y colesterol LDL”.
En contexto, el licopeno es un nutriente vegetal que les da a las frutas rojas y rosadas su color. Esto, por supuesto, incluye a la sandía, que aporta aproximadamente 4,5 mg de licopeno por cada 100 gramos de fruta. Dicho nutriente ha sido vinculado a mejores niveles de colesterol de acuerdo con algunos trabajos científicos, según un estudio publicado en Frontiers of Nutrition.
En el estudio, los investigadores evaluaron dietas ricas en licopeno y concluyeron: “Nuestros resultados mostraron que el licopeno de la dieta puede mejorar significativamente la funcionalidad de las HDL (colesterol bueno), sin cambios asociados en el tamaño y la distribución de las partículas, mediante la modulación de la actividad de las enzimas asociadas a las HDL”.
“Al mismo tiempo, el licopeno de la dieta disminuyó significativamente el amiloide sérico A y asociado con HDL3, lo que confirma que el SAA puede representar un biomarcador inflamatorio sensible al cambio en la dieta”, afirma el estudio.
Otros beneficios de la sandia para la salud
Fortalece el sistema inmune
- Estimula las células de defensa del organismo, gracias a su aporte de vitamina C y A, las cuales actúan como antioxidantes previniendo el surgimiento de enfermedades como la gripe.
Ayuda a la pérdida de peso
Mejora y previene la retención de líquidos
- La sandía es una fruta que posee un gran contenido de agua, una rebanada aporta unos 280,8 g, por lo que genera un efecto diurético en el organismo. También ayuda a eliminar a través de la orina el exceso de líquidos del cuerpo.
- Además, aporta potasio, un mineral que favorece la eliminación del exceso de líquido corporal, ayudando a desinflamar, según Tua Saúde.
Hidrata el organismo
- La sandia ayuda a mantener hidratado al organismo, debido a que 95 % de su composición es agua, siendo una excelente alternativa para los días más calurosos.
Proteger la piel del sol
- Por su composición rica en carotenoides, como el licopeno, es una gran opción para ayudar a proteger la piel de los daños causados por los rayos del sol.
- Por otra parte, contiene antioxidantes que ayudan a prevenir el daño que causan los radicales libres en la piel, lo cual evita el envejecimiento prematuro.
Prevención cardiovascular
- Consumir sandía puede resultar beneficioso para la salud cardiovascular.
- Además, esta fruta también promueve el metabolismo de arginina y citrulina, lo cual es muy positivo para el corazón y la hipertensión, según el portal Mejor con Salud.
Mejora el tránsito intestinal
- La sandía aporta agua y fibras, componentes que ayudan a aumentar y a hidratar el bolo fecal, mejorando el funcionamiento del tránsito intestinal.
Previene la formación de piedras en los riñones
- Tiene propiedades protectoras contra las enfermedades renales y ayuda a mantener limpia la orina, gracias a que es diurética.
- Asimismo, contiene esteroides y alcanos como los principales constituyentes del extracto de pulpa, que podrían ser responsables por prevenir la formación de piedras en los riñones.