Las frutas deben incluirse diariamente en la alimentación, ya que sus propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias, entra otras, ayudan a regular la glucosa en la sangre, limpiar los riñones y evitar dolores de cabeza.
De hecho, el Gobierno de México reveló que la fruta que aporta los beneficios mencionados es el achiote.
Asimismo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señaló que “algunos estudios muestran que los tocoferoles presentes en el extracto de hoja de achiote pueden mejorar la resistencia a la insulina, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre y puede ser un aliado importante en el tratamiento de la diabetes”.
De igual forma, según el portal, “algunos estudios de laboratorio demuestran que el extracto de hoja de achiote es capaz de eliminar hongos, principalmente Candida albicans y Aspergillus niger, así como bacterias como escherichia coli y streptococcus faecalis que causan infección del tracto urinario”.
Respecto al consumo, el portal indicó que las principales formas de utilizar el achiote son:
- “Té de achiote, que se puede preparar con hojas secas o frescas o semillas de achiote.
- Aceite de achiote para cocinar: mezclar 300 g de semillas de achiote en un litro de aceite de girasol. Calentar un poco hasta que el aceite se ponga rojizo. Apagar el fuego, espera a que se enfríe y usa el aceite para sazonar ensaladas o para cocinar.
- Cápsulas de achiote: se puede tomar una cápsula de achiote de 250 mg, hasta tres veces al día, antes de las comidas. Estas cápsulas se pueden comprar en farmacias, droguerías o tiendas naturistas”.
Información nutricional por 100 gramos de semilla de achiote
- Energía: 388 kcal
- Proteínas: 11,30 gramos
- Grasas: 5,30g
- Carbohidratos: 74,90g
- Vitamina B1: 0,45 miligramos
- Vitamina B2: 0,16 miligramos
- Vitamina B3: 1,97 miligramos
- Calcio: 11 miligramos
- Fósforo: 13 miligramos
- Hierro: 4,70 miligramos
Ahora bien, para que el achiote surja efecto se deben seguir otras recomendaciones de hábitos saludables, como, por ejemplo:
1. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
Además, es importante señalar que algunos alimentos que suben la insulina en la sangre son: chocolates, caramelos, mermeladas, miel, helados, gaseosas, alcohol, galletas dulces, comida rápida, harina de trigo refinada, cereales azucarados, entre otros.
2. Hacer ejercicio: Se deben realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa.
No obstante, al momento de hacer ejercicio, las personas se preguntan cuál es la mejor hora para hacerlo y los expertos aseguran que es una cuestión de preferencia, gusto y horarios, pero lo importante es cumplir los objetivos diarios.
3. Dormir bien y lo necesario: en promedio, un adulto necesita entre siete y ocho horas de sueño por noche. Los bebés generalmente duermen unas 16 horas diarias. Los niños pequeños necesitan unas 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes necesitan, al menos, nueve horas.
4. Tomar agua: por lo general, los hombres deberían consumir 3,7 litros de agua al día y las mujeres deberían beber 2,7 litros.
5. Controlar la diabetes, la presión arterial alta y la enfermedad cardíaca.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.