Existe una amplía variedad de semillas, las cuales se han convertido en un complemento clave para incluir en una alimentación saludable, debido a su importante fuente de fibra, minerales, grasas saludables y proteínas, entre muchos otros nutrientes provechosos para la salud del organismo.
Una de las muchas alternativas a la que se puede acudir para aliviar algunas afecciones es a las semillas de girasol. Además de su sabor irresistible y textura crujiente, estas semillas comestibles están repletas de una gran cantidad de propiedades y beneficios en su nutrición, esenciales para el cuerpo.
Usualmente, de esta semilla suelen extraer su aceite o cáscara y tostarlas para un aperitivo muy popular. Sin embargo, los expertos recomiendan que sean consumidas a través de ensaladas, ya sea peladas o saladas, debido a que su sabor complementa de gran manera los platos verdes gracias a tu textura crujiente. También pueden ser agregadas a platos como desayunos y postres dulces.
Las semillas de girasol se caracterizan por ser ricas en vitamina E, convirtiendo la semilla en un potente antioxidante, lo que ayuda a mantener sanas las células y así evitar diversas enfermedades. A su vez, al ser rico en antioxidantes evita que se oxide el colesterol, impidiendo así que se adhiera a las paredes de los vasos sanguíneos, reduciendo el riesgo de eventos cardiovasculares.
Según el portal I feel Good, un estudio publicado demostró que consumir 30 gramos de semillas de girasol al día reducen el colesterol total, el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos; disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, promueven la buena salud de la piel, apoyan la función tiroidea, pueden ayudar a luchar contra el cáncer, equilibran los niveles de azúcar en sangre y previenen la pérdida ósea y los calambres musculares
Lo anterior es reafirmado por el portal portugués Tua Saúde, el cual señala que esta semilla aporta grandes beneficios a la salud de las personas en muchos puntos importantes, como la salud cardiovascular, debido a que contienen gran cantidad de “grasas mono y poliinsaturadas, que son grasas buenas, las semillas de girasol ayudan a proteger la salud cardiovascular, pues regulan los niveles de colesterol total, aumentando el bueno y disminuyendo el malo”.
Otros de los grandes beneficios según el portal I feel Good es que las semillas de girasol, gracias al Selenio que contienen ayuda a mejorar la función tiroidea, la cual está “relacionada con muchas funciones de nuestro organismo, incluidas la regulación de la temperatura corporal, el metabolismo y la frecuencia cardíaca. Los problemas en la tiroides causan una variedad de síntomas, como pueden ser el aumento de peso, la fatiga crónica y el desequilibrio en la temperatura corporal”.
Adicionalmente, este alimento tiene que ver con la ayuda que le genera a la coagulación de la sangre, la calcificación de los huesos, la reducción, en dolores de cabeza por migrañas, el estreñimiento, la fatiga crónica y hasta a reducir síntomas de trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o la depresión.
Las semillas de girasol también ayudan a combatir el daño de los radicales libres (humo de tabaco, alcohol, etc) que pueden ocasionar enfermedades y daños oxidativos en las células, como por ejemplo el cáncer. De hecho, varios estudios han dado con que “los nutrientes presentes en las semillas de girasol poseen compuestos quimiopreventivos que frenan el desarrollo del cáncer, deteniendo el crecimiento de tumores”, según el sitio web I feel Good.
“No debemos olvidar el contenido de vitamina E y Selenio, ya que ambos nutrientes han sido estudiados y se ha comprobado que contribuyen en la prevención de cáncer de mama, entre otros. Además, reparan el ADN y desintoxican al organismo de células dañinas y dañadas”, agregó la fuente citada.