La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un término general para una variedad de afecciones hepáticas que afectan a las personas que beben poco o nada de alcohol, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Además, explicó que las causas principales son:
- Resistencia a la insulina, en la cual las células no absorben azúcar en respuesta a la hormona insulina.
- Azúcar alta en la sangre (hiperglucemia), lo que indica prediabetes o diabetes tipo 2.
- Niveles altos de grasas, particularmente triglicéridos, en la sangre.
Adicional, Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, indicó que la enfermedad por hígado graso afecta a cerca del 25 % de la población en el mundo.
Ahora bien, es importante señalar que, en general, la enfermedad de hígado graso tiene pocos o ningún síntoma, pero si se presentan síntomas, se puede sentir cansancio o tener molestias en el lado superior derecho del abdomen.
¿Cuáles son los tratamientos para el hígado graso?
Según la biblioteca, para el hígado graso no alcohólico, los médicos recomiendan perder peso, ya que bajar de peso puede reducir la grasa, la inflamación y la fibrosis en el hígado.
Asimismo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, reveló que un buen remedio casero para el hígado graso es el té de cardo mariano, cuyo nombre científico es Silybum marianum, ya que esta planta contiene propiedades astringentes, facilitando la digestión y estimulando el apetito, aliviando síntomas como pérdida de apetito, mareo y vómitos causados por esta enfermedad.
Por ello, el portal portugués señaló que para obtener los beneficios hay que agregar dos cucharaditas de semillas de cardo mariano en dos tazas de agua caliente. Después, se deja reposar por 15 minutos, se cuela y se bebe 30 minutos antes de las comidas.
¿Cómo prevenir el hígado graso?
La entidad sin ánimo de lucro junto con Medline Plus puntualizaron en sus respetivos portales que hay algunos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar, como, por ejemplo:
- Obtener las vacunas contra la hepatitis A y B, la gripe y la enfermedad neumocócica. Si se tiene hepatitis A o B junto con hígado graso, es más probable que conduzca a insuficiencia hepática. Las personas con enfermedad hepática crónica son más propensas a contraer infecciones, por lo que las otras dos vacunas también son importantes.
- Hacer ejercicio. Para mejorar la salud y el bienestar, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana (o el equivalente en actividad vigorosa) para todos los adultos, y una media de 60 minutos de actividad física aeróbica moderada al día para los niños y los adolescentes.
- Tener una dieta saludable. Según la OMS, esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.
“No hay medicamentos que hayan sido aprobados para tratar el hígado graso. Los estudios están buscando si un determinado medicamento para la diabetes o la vitamina E puede ayudar, pero se necesita mayor investigación”, explicó la biblioteca en su portal web.
De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.