El ácido úrico es un químico que se crea cuando el cuerpo descompone sustancias llamadas purinas que se producen normalmente en el cuerpo y también se encuentran en algunos alimentos y bebidas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación de ciertos temas de salud, explicó en una publicación que la sangre transporta el ácido úrico a los riñones, y estos eliminan la mayor parte de esta sustancia a través de la orina.

Por medio de un análisis bioquímico de sangre podrá saber el estado del nivel de ácido úrico. | Foto: Peter Dazeley

Ante estos problemas de salud que se pueden presentar por el alto nivel de este químico en el cuerpo, existen remedios caseros que son beneficiosos a la hora de impulsar al organismo para que lo expulse. Hay hierbas y plantas que se acoplan para estos temas, convirtiéndose en aliadas para alcanzar resultados positivos.

Un ejemplo de esto es la alcachofa, la cual es llamativa por su forma, su estructura y los beneficios que aporta para el organismo. Su color, su sabor y sus efectos son claves al momento de consumirla.

La alcachofa es una de las plantas medicinales más saludables que existen, su nombre científico es Cynara Scolymus y ha ganado fama por sus interesantes propiedades nutricionales. De acuerdo con el portal de salud Mejor con Salud, se puede preparar en ensaladas, pero también puede ser en infusión, especialmente cuando se utiliza como remedio natural.

Alcachofa | Foto: Getty Images

Este alimento natural tiene un sinfín de beneficios como por ejemplo, regula y ayuda a reducir el colesterol alto en la sangre. Como es bien sabido, el colesterol es una sustancia cerosa que es necesaria para que el organismo funcione adecuadamente, sin embargo, este puede incrementarse en el cuerpo y puede ser perjudicial.

No obstante, el consumo de esta planta es que puede ayudar a mantener niveles saludables de presión arterial. Así lo observó un estudio publicado en la revista Journal of Dietary Supplements.

En cuanto al tema del ácido úrico, este producto es un buen aliado para manejar el cuerpo distinto y así estabilizarlo. Mejor con Salud apuntó que la alcachofa contiene ácidos linoléico, caféico y oléico, que al asimilarse en el cuerpo pueden descomponer y eliminar aquellas purinas que están en la sangre.

Las alcachofas pueden usarse en diferentes preparaciones. | Foto: Kathrin Ziegler/Getty Images

El estudio presentado por la Universidad Umm Al-Qura, de Arabia Saudí, fue el encargado de detallar este trabajo de la planta en el organismo, favoreciendo a la producción de orina y así ser clave al momento de controlar el ácido úrico alto.

Una de las formas más apropiadas para manejar esta situación de salud es a través de las infusiones y tés, extrayendo los nutrientes y propiedades del producto natural. El portal mencionado anteriormente presentó la receta, ayudando a que sea sencillo de preparar.

La alcachofa es rica en agua, fibras y flavonoides. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Ingredientes:

Una alcachofa

Dos tazas de agua (500 ml)

Preparación:

- Lavar la alcachofa y cortarle el tallo con un cuchillo.

- Retirar las hojas del exterior y reservar las más blandas.

- Verter el agua en una olla y ponerla a hervir.

- Cuando llegue a ebullición, agréguele las hojas de alcachofa, bajar el fuego, y dejarlas durante 5 minutos.

- Pasado este tiempo, retirar la bebida del fuego, dejarla reposar y colarla.

Consumo:

Ingerir una taza de infusión de alcachofa en ayunas y repite su consumo a media tarde. Tómela durante 2 semanas seguidas.

La alcachofa es rica en agua, fibras y flavonoides. Foto: Getty Images. | Foto: Foto: Getty Images.

Es importante detallar que el ácido úrico elevado puede deberse a que el cuerpo produce altas cantidades de este, no elimina la cantidad suficiente de ácido úrico o ambas, y las causas de un nivel alto de ácido úrico en la sangre incluye: Diuréticos (diuréticos para la retención de agua), tomar demasiado alcohol, beber muchas gaseosas o comer muchos alimentos con fructosa, un tipo de azúcar; genética (rasgos hereditarios), presión arterial alta (hipertensión), medicamentos inmunodepresores y problemas renales.