Uno de los órganos más importantes y el segundo más grande –solo después de la piel– del cuerpo humano que, según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, colabora con la digestión de alimentos, a través del excretar una sustancia llamada bilis, la eliminación de toxinas y el almacenamiento de energía, es el hígado.

A su vez, la Asociación Catalana de Pacientes Hepáticos (ASSCAT) aseguró que este órgano cumple por lo menos con 500 funciones más, entre las cuales también se encuentra su capacidad de procesar alimentos y transformarlos en sustancias para que el cuerpo trabaje de manera correcta.

Sin embargo, el portal especializado en temas sanitarios Healthline señaló que cuando estas sustancias “grasosas” se acumulan, genera una enfermedad a la que se le denomina esteatosis hepática, que es conocida polarmente como el hígado graso. Condición que suele estar bastante relacionada con el sobrepeso, la obesidad, la diabetes tipo 2 y otros trastornos que se caracterizan por la resistencia a la insulina.

Por ende, mantener limpio este importante órgano del cuerpo es indispensable para que el sistema digestivo pueda trabajar sin sobrecargarse y en consecuencia todo su organismo funcione correctamente.

El hígado graso es la acumulación de grasa en este órgano. | Foto: Getty Images

De hecho, muchos nutricionistas y expertos insisten con frecuencia en la importancia de llevar un plan de alimentación sano y saludable para limpiar el hígado graso, donde se destaca el consumo constante de vitaminas, así como la ingesta de alimentos como lácteos y derivados; carne, huevos y pescado; tubérculos, legumbres y frutos secos; verduras y hortalizas; frutas; cereales, entre otros.

Semilla que sirve para cuidar el hígado

Uno de los más saludables y consumidos a nivel mundial son estos últimos, los frutos secos. Se denominan de esta manera porque en su composición cuentan con menos del 50 % de agua. Son perfectos sustitutos de los snacks sintéticos, los cuales están cargadas de azúcar, sodio y grasas dañinas. Algunos de los más populares son los pistachos, las almendras, las avellanas, los dátiles y las nueces.

Las semillas se han convertido en un complemento clave cuando de alimentarse saludable se trata, gracias a su fuente de fibra, minerales, grasas saludables y proteínas. | Foto: Getty Images

En cuanto a la nuez, es un “fruto del nogal, de forma redondeada u ovoide, con una cáscara dura y rugosa de color pardo rojiza. La parte comestible de su interior tiene un sabor dulce particular. En el mercado hay nueces descascarilladas, troceadas o molidas y productos elaborados con ellas. Normalmente, la nuez se consume en crudo como tentempié o de postre, bien solas o combinadas con otro alimento. Se utiliza como ingrediente en muchos platos, salsas y helados”, afirma el sitio web Frutas Hortalizas.

Las nueces son de los alimentos de origen vegetal que tienen la capacidad de bajar los niveles altos del colesterol en la sangre. Esta es una sustancia cerosa que es muy parecida a la grasa. Sus valores altos incrementan el riesgo de ocasionar un ataque cardíaco.

Las nueces contienen ácidos grasos insaturados.

Por su parte, otro de los grandes beneficios que tienen las nueces, según Asociación Catalana de Pacientes Hepáticos (ASSCAT), es que gracias a su contenido en ácidos grasos insaturados, vitamina E y antioxidantes, “pueden ayudar a prevenir el hígado graso, así como a reducir la inflamación y el estrés oxidativo”.

“Comer un puñado de nueces, u otros frutos similares como las avellanas o las almendras, es una buena forma de cuidar nuestro hígado. Sin embargo, las personas deben asegurarse de no comer demasiado, ya que los frutos secos son ricos en calorías”, agregó el sitio web de la entidad.

Asimismo, las nueces son muy ricas en fibras, por ello, ayudan a regular los niveles del azúcar o glucosa en la sangre, lo cual es ideal para prevenir una enfermedad como la diabetes.

“Las nueces son ricas en ácidos grasos omega-3 que promueven la disminución del colesterol total y el colesterol LDL, llamado ‘malo’, aumentando el colesterol HDL, llamado ‘bueno’, protegiendo así al organismo de contraer enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis, infarto de miocardio o derrame cerebral. Además de eso, los polifenoles de la nuez, principalmente el ácido elágico, contiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a mejorar la función endotelial, actuando también como un protector cardiovascular”, según el portal portugués Tua Saúde.