Por lo general, las personas mayores son las que más sufren de dolor en las articulaciones, y en específico en las rodillas. Sin embargo, todos sin excepción pueden llegar a sentir este dolor.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad el 40 % de la población a nivel mundial mayor de 70 años sufre osteoartritis de rodilla.

En concreto, esta afección puede comenzar después de una lesión o de realizar ejercicio. Incluso, es una molestia leve que empeora si no se atiende a tiempo, así lo detalla el portal especializado en salud, MedlinePlus.

Según los especialistas de Mayo Clinic, es el resultado de una lesión, como rotura de ligamentos o desgarro de cartílago; en algunas ocasiones se presenta por enfermedades como artritis, gota e infecciones en la rodilla.

Sin embargo, si las personas experimentan una sensación de chasquido o crujido en la articulación, pero no hay dolor ni hinchazón, no hay necesidad de preocuparse, según Dennis Cardone, profesor asociado de cirugía ortopédica y medicina deportiva en NYU Langone Health.

Esta afección puede comenzar después de una lesión o de realizar ejercicio. | Foto: Jan-Otto

Ligamentos y cartílagos dañados

La zona más comprometida suele ser la de las rodillas, ya que debe soportar todo el peso, aunque también se resienten los hombros, las muñecas o los talones.

El cartílago lesionado, inflamado o dañado puede causar síntomas como dolor y limitación del movimiento. También puede conducir a daños articulares y deformidad, según el portal especializado en salud MedlinePlus.

Ambos tejidos pueden verse afectados por diferentes condiciones, entre ellas:

  • Ejercicio físico en exceso.
  • Lesiones.
  • Movimientos repetitivos.
  • Transporte de objetos pesados.
  • Envejecimiento.
  • Enfermedades degenerativas, como artritis.
  • Obesidad o sobrepeso.

Ahora bien, para prevenir estos problemas o ralentizar su progresión, Isabel Sañudo, jefa de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Clínico de Barcelona, apuesta por un equilibrio nutricional.

Vitaminas necesarias

Hay nutrientes que favorecen la nutrición del hueso, el metabolismo óseo, la protección del cartílago y su mantenimiento. “La vitamina C estimula la producción de colágeno, la vitamina D participa en la síntesis de proteoglicanos y la vitamina E mejora la protección de la matriz del cartílago por el aumento de crecimiento de los condrocitos.

El selenio, el zinc, el cobre y el manganeso, así como los ácidos grasos poliinsaturados, parecen estar implicados en los procesos de elaboración del colágeno y en la reducción de la inflamación del cartílago”, explica la experta.

Los nutrientes que destaca son las vitaminas D y C, y algunos minerales (calcio, fósforo, magnesio, silicio, azufre).

  • Magnesio: forma parte de las membranas de las células y la estructura ósea. Debe estar en equilibrio con el calcio, dado que su carencia inhibe la síntesis de vitamina D, necesaria para la correcta mineralización ósea.
  • Calcio y fósforo: complementan la formación, desarrollo y mantenimiento de huesos y dientes, pero se ha de mantener un equilibrio, ya que “la abundancia o carencia de uno, afecta a la capacidad de absorber el otro”, dice la médica.
  • Azufre: el azufre se encuentra en el colágeno, elemento que forma tendones, cartílagos y ligamentos.
  • Silicio: participa en la síntesis de elastina y de colágeno, que optimizan la fijación del calcio y del magnesio en los huesos y estimula la formación y mineralización ósea.

Gelatina para las articulaciones

Está comprobado que la gelatina podría jugar un papel importante regenerador de cartílagos y ligamentos, según afirma una investigación realizada por la Universidad Yonsei (Corea del Sur).

Ingredientes:

  • 2 cucharadas de gelatina sin sabor (20 gramos).
  • 1 plátano.
  • 1 naranja.
  • 2 cucharadas de agua (20 gramos).
  • 2 cucharadas de miel (40 gramos).

Preparación:

  • Primero, exprimir el zumo de la naranja. Machacar el plátano.
  • Luego, mezclar el puré de plátano con la miel y reservar.
  • Luego, disolver con agua la gelatina y calentar a baño maría.
  • Verter el zumo de naranja y mezclar bien.
  • Después, colocar en un molde y llevar a la nevera por 20 minutos.
  • Por último, es momento de servir, colocar debajo el puré de plátano con miel y encima el cubo de gelatina con naranja.