La parálisis facial es una afección que provoca la debilidad repentina en los músculos del rostro, limitando la capacidad de mover algunos o ninguno de los músculos en uno o a ambos lados. “Al principio, se siente un ligero ‘tirón’ en la cara, pero conforme pasa el tiempo, es evidente la caída de uno de los lados del rostro al dificultar las expresiones faciales”, según información del portal Salud180.

De acuerdo con los expertos de MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, esta afección, generalmente, es causada por un daño o hinchazón del nervio facial o afectación en el área del cerebro que se encarga de enviar las señales a los músculos de la cara.

A su vez, dentro de las causas de que una persona presente parálisis facial están el daño o hinchazón del nervio facial, el cual lleva señales del cerebro a los músculos de la cara; y daño al área del cerebro que envía señales a los músculos de la cara.

Salud180 precisó que aunque la causa exacta es desconocida para muchos, expertos y especialistas en el tema “consideran que podría desarrollarse una vez que se inflama el séptimo par craneal, es decir, el nervio que controla los músculos de una parte de la cara, por ejemplo, cuando nuestro nivel de estrés es muy alto, pero también puede estar relacionada con una infección viral, ya sea por herpes zóster o las siguientes: enfermedad de Lyme, mononucleosis infecciosa, herpes labial o genital, rubeola, influenza B e infección del oído medio”.

En la mayoría de los casos la parálisis facial es temporal. | Foto: Getty Images

¿Cuánto puede llegar a durar una parálisis facial? Frente a esta pregunta, en la mayoría de los casos, esta afección puede llegar a ser temporal, sin embargo, muchos dejan ver una mejoría en un par de semanas, extendiéndose en un lapso aproximado de seis meses. Dentro de los síntomas que presenta la persona están el rostro colgado, dificultad para realizar expresiones, babeo, dolor de mandíbula o detrás de la oreja o sensibilidad al sonido.

El tratamiento de esta afección varía según el paciente, mientras algunos médicos pueden sugerir el consumo de algunos medicamentos como corticosteroides o antivirales, otros pueden inclinarse por la fisioterapia para ayudar a acelerar la recuperación de la persona. La cirugía rara vez es la solución para tratar la también conocida como parálisis de Bell.

Dentro de los síntomas que presenta la persona están el rostro colgado, dificultad para realizar expresiones, babeo, dolor de mandíbula o detrás de la oreja o sensibilidad al sonido. | Foto: Getty Images

Por su parte, para reducir la hinchazón del nervio facial, expertos recomiendan inyecciones de complejo B. El complejo B es una sustancia que, en su mayoría, es adquirida por los pacientes por medio de cápsulas o dosis inyectables, pese a esto también hay alimentos que cuentan con ella.

“El complejo B es un suplemento vitamínico indicado principalmente en el tratamiento y prevención de la deficiencia de vitaminas del complejo B, además de alteraciones nerviosas como neuritis y polineuritis causadas por medicamentos, parálisis facial y deficiencia nutricional en pacientes diabéticos y alcohólicos”, señaló el portal de salud, belleza y cuidado personal portugués Tua Saúde.

El complejo B es una vitamina fundamental para el organismo. | Foto: Libre de derechos

Vitaminas del complejo B

  • Vitamina B2 (riboflavina): para aumentar esta vitamina se puede incluir en el plan de alimentación el hígado de res, el salvado de avena y frutos secos como las almendras. La falta de este nutriente puede generar sensibilidad a la luz, lagrimeo, sensación de ardor y picor en los ojos, pérdida de la agudeza visual, enrojecimiento e inflamación en la lengua, inflamación de la boca y nariz, conjuntivitis y anemia.
  • Vitamina B3 (niacina): este nutriente puede encontrarse en los cacahuates o maní, pollo, pescado y vegetales o verduras de hoja verde, como la espinaca, las acelgas, el brócoli, entre otros. La falta de B3 se puede manifestar por medio de heridas en la espalda y en las manos, falta apetito, diarrea, mareos, vómitos, pérdida de peso, lengua roja, demencia e incluso depresión.
  • Vitamina B6 (piridoxina): la ingesta de alimentos como banano, salmón, papa, pollo y avena aumentan los niveles de piridoxina. La falta de B6 puede hacerse evidente por medio de heridas en la piel y alrededor de los ojos, nariz y boca, inflamación en la boca y en la lengua, depresión, somnolencia, debilidad y baja inmunidad.
Las vitaminas B son solubles en agua, por lo que es poco probable que se consuma demasiado solo a través de la dieta o tomando un suplemento. | Foto: Getty Images
  • Vitamina B9 (ácido fólico): se encuentra en alimentos de origen animal, como mariscos y carnes, además de huevo, queso y leche. La carencia de este compuesto puede generar irritabilidad, cansancio, dolor de cabeza, falta de aire, mareo y palidez.
  • Vitamina B12: este compuesto se encuentra naturalmente en alimentos de origen animal, como pescado, carne, aves, huevos, leche y productos lácteos. Cabe mencionar que la vitamina B12 no está presente en alimentos vegetales. La deficiencia de cobalamina provoca cansancio, anemia, falta de energía y de concentración, hormigueo en las piernas y mareo.