La hipertensión es uno de los problemas más comunes que se pueden presentar a lo largo de los años, especialmente cuando la persona entra a la etapa de la vejez. Este problema hace referencia a tener la presión arterial alta, es decir, la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón realiza el proceso de bombear sangre al cuerpo.
En un principio, esta afección puede no parecer algo grave, pero si no se trata puede terminar en el desarrollo de enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, problemas en los ojos, entre otros.
Medline Plus, sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, indica que en la mayoría de los casos no se presenta ningún síntoma, por lo que la hipertensión se detecta cuando se realiza una visita al médico, de aquí la importancia de realizar controles periódicos.
En otras situaciones se puede originar la llamada hipertensión maligna, una forma más peligrosa de presión arterial muy alta que puede traer consigo dolor de cabeza, náuseas, confusión, cambios en la visión y sangrado nasal.
La vitamina para prevenir la hipertensión y la obesidad
Son varias las causas que pueden afectar la presión arterial y finalmente generar este problema, entre las más comunes se encuentra la deficiencia de la vitamina D, una sustancia fundamental para que el cuerpo pueda desarrollar varias de sus funciones.
De acuerdo con el diario ‘El Español’, la deficiencia de esta vitamina puede originar diferentes problemas de salud como la hipertensión. Varios estudios han demostrado que esta sustancia mantiene flexible y sano el revestimiento de los vasos sanguíneos. Asimismo, su déficit puede ocasionar que las arterias se vuelvan rígidas, lo que dificultará el flujo sanguíneo.
Igualmente, se ha demostrado que la vitamina D inhibe el sistema renina-angiotensina-aldosterona y favorece la protección de los vasos sanguíneos.
Por otra parte, otros análisis también han comprobado una relación entre la obesidad y los bajos niveles de vitamina D en el cuerpo, por lo que esto podría ser un factor de riesgo para sufrir de esta enfermedad. Asimismo, también se ha evidenciado que el déficit de esta sustancia presenta alteraciones en la liberación de la hormona del apetito, lo que puede inducir a que la persona consuma más alimentos de los necesarios.
De hecho, una investigación publicada por la Cambridge University Pres demostró que un grupo de mujeres que padecían obesidad, bajaron significativamente de peso tras una dieta de calcio y vitamina D.
Así se debe consumir esta vitamina
Hay tres maneras de nutrir al cuerpo con esta sustancia. Por un lado, el organismo puede formar la vitamina D de manera natural gracias a la exposición solar, pero estar durante tanto tiempo ante el sol puede ocasionar diferentes enfermedades.
Otra de las formas es a través del consumo de ciertos suplementos de esta vitamina, aunque antes de elegir esta opción lo más recomendable es visitar a un médico para que realice un análisis y establezca cuánta cantidad es apropiada para la persona.
Finalmente, la más recomendable es a través del consumo de ciertos alimentos que son ricos en vitamina D, entre estos se encuentran la yema del huevo, el pescado, el hígado, la leche y el cereal. Es importante señalar que estas comidas son solo algunas opciones, pues hay otros alimentos que también contienen esta sustancia.