Cuando una nueva vida llega a este mundo, es común que a familiares del recién nacido, amigos de los padres y demás allegados, les invada la curiosidad de conocer cuanto antes al nuevo integrante del círculo. En algunos casos, las visitas empiezan a llegar desde antes de que la madre y su hijo salgan del centro médico luego de un extenuante parto sin complicaciones.
Es importante atender las recomendaciones de expertos para no generarle problemas de salud innecesarios por al pequeño por cuenta de visitas inoportunas. Además de la incomodidad que puede sentir una madre que se está recuperando de un trabajo de parto.
No visitar a la madre y pequeño por lo menos durante la primera semana después del nacimiento, esto debido a que los padres necesitan acomodarse al nuevo hogar con la llegada del nuevo integrante. Este proceso se puede ver interrumpido con visitas que lo único que harán es generar incomodidad en los padres que tienen que atender a los visitantes cuando toda la atención la deben enfocar en el recién nacido.
Por otro lado, algunos bebés se irritan cuando una persona que no es su mamá o su papá, lo carga, esto se debe a la conexión natural que existe entre los padres y su pequeño. Por esta razón no está de más evitar que el bebé rompa en llanto cuando se le permita a un extraño (para el niño) cargarlo en brazos.
Cuidado con los virus y bacterias
Para el portal Etapa Infantil, experto en el cuidado de los bebés, en los primeros días de vida del nuevo integrante de la familia se debe tener mucho cuidado con virus y bacterias que pueden ser transmitidos por personas que vengan de lugares externos al hogar. Esto debido al sensible sistema inmunológico que tiene un bebé recién nacido.
“El cuerpo de un recién nacido está comenzando a adaptarse al entorno, por lo que su sistema inmunitario prácticamente no es existe. De hecho, aún no ha sido inmunizado contra los virus y las bacterias más comunes y su organismo puede suele reaccionar de manera intensa ante cualquier microbio del medio”, señala el medio especializado.
Por ello es importante que personas que lleguen de la calle o que tengan alguna enfermedad viral no se acerquen por ningún motivo al bebé, de lo contrario es probable que estos virus y bacterias ingresen al cuerpo del niño para hacer estragos.
Riesgo de agarre
Se puede pensar que cargar a un recién nacido es tarea fácil debido a su tamaño y bajo peso, sin embargo, esta en realidad es una tarea compleja, puesto que según Etapa Infantil, en esta etapa hay músculos del cuerpo del bebé que no están completamente fortalecidos por lo que se debe tener técnica para dar soporte y evitar que el pequeño se vaya a caer por no saber cargarlo.
“Es fundamental sostenerle la cabeza, ya que durante los primeros días los músculos del cuello aún son muy débiles y el pequeño no puede sostener la cabeza por sí solo. Asimismo, se le debe ofrecer un apoyo a la columna vertebral para evitar movimientos involuntarios bruscos que puedan afectar al pequeño, aunque se debe prestar atención para no presionar demasiado”, asegura el portal digital.
Teniendo en cuenta las circunstancias, no es recomendable que cualquier persona que lo desee cargue al bebé, en especial denegar la autorización a quienes nunca lo han hecho antes.
En algún momento de la vida se puede cumplir con el rol de allegado curioso o de padre primerizo, si corresponde al primer grupo, esperar un tiempo prudente para visitar al nuevo integrante del círculo social. Si de lo contrario corresponde la etapa de padre, evitar la llegada de personas de afuera para tener contacto con el pequeño puede ser una buena opción.