La mejor forma, según los profesionales de la salud, para prevenir cualquier tipo de enfermedades es llevar hábitos saludables a lo largo de la vida, como lo es, alimentarse de manera sana y equilibrada y realizar actividad física acorde para la edad y las condiciones de cada paciente.
Con el paso de los años y ante la llegada del envejecimiento, es usual que algunos órganos del cuerpo no cuenten con la misma vitalidad que cuando se es joven; por eso, los hábitos juegan un papel importante para la prevención e incluso en el manejo de las enfermedades cuando ya se han desarrollado.
Una de las enfermedades más comunes durante la etapa del envejecimiento es la tensión o presión alta. El portal de salud y medicina MedlinePlus explica que cuando el corazón late, bombea y trasporta sangre hacia las arterias.
La presión arterial aumenta cuando este órgano transporta el líquido rojo por medio de sus latidos en un proceso llamado presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y se conoce como presión diastólica. Por lo general, un paciente que padece de presión alta no presenta síntomas; por ende, para poder diagnosticar este padecimiento se necesitan de chequeos médicos regulares.
Los médicos califican esta enfermedad de la siguiente manera, según explica Mayo Clinic.
- Pre-hipertenso: son personas con presión sistólica de 120 a 129 mm Hg y diastólica por debajo de 80 mm Hg. Todavía no se considera un diagnóstico claro de hipertensión arterial, pero los valores están por encima de los que se catalogan normales.
- Hipertensión arterial de primer grado: cuando la tensión sistólica supera los 130 mm Hg y no pasa de 140 mm Hg, o la diastólica se registra entre 80 y 89 mm Hg; ya hay hipertensión de grado 1.
- Hipertensión de segundo grado: estos pacientes tienen valores repetidos de tensión arterial sistólica superior a 140 mm Hg y de diastólica mayor a 90 mm Hg. Este es un cuadro patológico que puede dañar los órganos vitales a mediano plazo.
Algunos productos naturales pueden ayudar en el manejo de esta afección; entre ellos, se encuentran las semillas de chía. Este producto ha aumentado su popularidad, gracias a los nutrientes y vitaminas que le puede aportar al cuerpo. Sus principales propiedades nutricionales son fibra, antioxidantes, calcio, proteínas y ácidos grasos, omega-3.
La Fundación Carlos Slim, en su portal web, mencionó que una reciente investigación realizada en México reveló que estas semillas cumplen un papel importante en la prevención de esta afección y pueden ser un gran aliado en el manejo del síntoma, siempre y cuando se acompañe de buenos hábitos alimenticios y de la práctica de actividad física acorde a la edad de cada paciente.
Las semillas de chía, al prevenir y tratar esta afección, no generarán ningún tipo de efecto adverso para la salud, como sí sucede, en ocasiones, con la medicación para esta enfermedad; sin embargo, es importante mencionar que si un paciente ya ha sido medicado por un profesional de la salud para tratar esta afección jamás debe suspender el fármaco sin previa autorización.
Jesús Vázquez Rodríguez, autor del estudio e investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), mencionó que los efectos positivos de las semillas de chía pueden prevenir y tratar la hipertensión, sin presentar los efectos secundarios de los medicamentos clínicos que se utilizan regularmente para contrarrestar esta afección,
En medio de la investigación, se dio a conocer que en pacientes que ya padecen de la enfermedad, las semillas de chía tuvieron los mismos efectos que el captopril, uno de los medicamentos más usado para tratar dicha afección.