Los huesos dan soporte y permiten el movimiento. Además, protegen de lesiones al cerebro, al corazón y a otros órganos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Osteoporosis y Enfermedades Óseas Relacionadas que hace parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
No obstante, existe una enfermedad (osteoporosis) que adelgaza y debilita los huesos y esta afecta a hombres y mujeres de todas las razas, pero las mujeres blancas y asiáticas, especialmente las mujeres mayores posmenopáusicas, son las que corren mayor riesgo, según explica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Asimismo, señaló que algunos factores de riesgo de osteoporosis están fuera de control, incluidos los siguientes:
- Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar osteoporosis que los hombres.
- La edad. Cuanto mayor sea la edad, mayor será el riesgo de osteoporosis.
- Raza. Se tiene mayor riesgo de padecer osteoporosis si eres blanco o de ascendencia asiática.
- Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano con osteoporosis, pone en mayor riesgo, especialmente si la madre o padre sufrieron fractura de cadera.
- Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen estructuras corporales pequeñas tienden a correr un riesgo más alto debido a que podrían tener menos masa ósea para utilizar a medida que envejecen.
Por ello, aunque hay factores que no se pueden evitar, si se pueden tener hábitos que ayudan a cuidar los huesos como, por ejemplo, el consumo de ajonjolí, ya que, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde, estas semillas “por contener buenas cantidades de calcio, fósforo y magnesio, ayudan al desarrollo de los huesos y a mantener la estructura ósea, previniendo enfermedades, como la osteoporosis. Sin embargo, es necesario remojar o germinar las semillas previamente, para eliminar los antinutrientes que contiene, ya que no permiten la absorción de estos minerales por el organismo”.
Asimismo, sobre su consumo el portal señaló que “para poder aprovechar los beneficios de estas semillas, se debe consumir de una a dos cucharadas por día. Estas cantidades pueden variar según edad, sexo, estado de salud y tolerancia”.
Por tal razón, antes de consumir algún alimento lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.
Por su parte, el instituto señaló otros hábitos que ayudan a cuidar los huesos como:
- Realizar ejercicio: las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana, para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes. Combinar ejercicios de entrenamiento de fuerza con ejercicios de levantamiento de pesas y de equilibrio. El entrenamiento de fuerza ayuda a fortalecer los músculos y los huesos de los brazos y la parte superior de la columna vertebral. Los ejercicios de soporte de peso, como caminar, trotar, correr, subir escaleras, saltar una soga, hacer esquí y practicar deportes de impacto, ayudan principalmente a los huesos de las piernas, las caderas y la parte baja de la columna vertebral.
- Consumir una dieta bien balanceada y rica en calcio y vitamina D. Las buenas fuentes de calcio incluyen productos lácteos bajos en grasa y alimentos y bebidas con calcio agregado. Buenas fuentes de vitamina D incluyen yemas de huevo, pescado de mar, hígado y leche con vitamina D agregada. Algunas personas pueden necesitar suplementos nutricionales para obtener suficiente calcio y vitamina D.