Una pregunta frecuente de quienes desean mejorar sus hábitos de vida saludable es qué hacer para tener una buena digestión. La respuesta, sin embargo, no es una sola, pero portales especializados recomiendan la semilla de lino.
También conocida como linaza, esta semilla tiene más de una bondad conocida, entre ellas mejorar el tránsito intestinal. ¿Por qué? Por su riqueza en fibra, como lo argumentan algunos expertos en vida moderna.
Mar Molina, responsable de Linwoods Health Foods en España, explicó, en conversación con Women’sHealth que “las semillas de lino tienen un alto contenido en fibra, lo que favorece altamente a la salud de nuestros intestinos”.
Así mismo, dejó ver lo beneficiosa que resulta para tratar otras afecciones en salud debido a uno de sus compuestos, los fitoesteroles.
“Ayudan a combatir el colesterol y cuidan la tensión arterial, son antioxidantes y refuerzan las defensas”, agregó.
De acuerdo con MedlinePlus, servicio informativo en línea de salud de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, las semillas de lino, además, contienen vitaminas B1, cobre, fósforo, magnesio y manganeso.
“Las semillas de linaza contienen fibra, vitaminas, minerales, proteínas, grasas vegetales saludables y antioxidantes que ayudan a prevenir el daño celular. Estas semillas son una buena fuente de fibra soluble e insoluble que ayudan a mantener sus deposiciones regulares y a prevenir el estreñimiento”, explicó.
Aunque la linaza usualmente es conocida por su capacidad para reducir los niveles de colesterol malo en la sangre y por su ayuda en la digestión, también cuenta con propiedades antiinflamatorias debido al Omega 3, es uno de los aceites esenciales que no solo sirve para mejorar el sistema cardiovascular, sino que también refuerza el sistema inmunológico, previniendo la aparición de infecciones alrededor de las articulaciones.
Las semillas de lino, como mencionó Medline, además aportan magnesio y manganeso, reconocidos por contribuir en el desarrollo de los huesos.
Mandarina, otro recomendado para la digestión y el colesterol
Para tener una buena condición de salud basta una alimentación sana y, en casos específicos, acorde a las necesidades. Si la cuestión, por ejemplo, es reducir el colesterol y mejorar la digestión, una recomendación en la dieta diaria es la mandarina o la infusión a base de sus cáscaras.
El Instituto de Química Orgánica en Bulgaria descubrió que la mandarina puede contribuir con las afecciones gastrointestinales debido a la presencia de pectina. Se trata de un tipo de fibra capaz de absorber el exceso de líquidos y en la correcta humectación de las heces, “para que estas puedan ser expulsadas de manera natural, evitando el estreñimiento”, explicó el portal especializado UnCOMO.
Por otra parte, según la American Chemical Society, la cáscara de mandarina puede reducir el colesterol y contribuir con la limpieza de la sangre, debido a que contiene 20 veces más antioxidantes que la pulpa. Así mismo, se ha comprobado su utilidad para ayudar a reducir los triglicéridos, gracias a su alta concentración de flavonoides, que además mejoran la función de los vasos sanguíneos.
Pero la mandarina, o sus cáscaras, tienen más bondades, entre ellas prevenir la aparición de tumores cancerígenos, como explicó el Comité Cítricos de Chile a través de su página web.
En ello coincide la Escuela de Farmacia de Leicester, que ha demostrado que la cáscara de mandarina puede ayudar a evitar el cáncer, dado que uno de sus compuestos, Salvestrol Q40, al parecer ha derrotado células cancerígenas con enzimas P450 y CYP1B, como se comprobó en unos estudios realizados a pacientes oncológicos.
La mandarina, incluso, contribuye con el manejo de la tensión arterial, es decir, la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de estos vasos sanguíneos.