Diversas técnicas se han creado para lucir una piel tersa, humectada y rejuvenecida. Sin embargo, con el paso de los años es inevitable la aparición de arrugas y es entonces cuando empiezan a ser importantes dichos procedimientos que ayuden a regenerar las células de la dermis.
Las arrugas, una parte natural del envejecimiento, son más notorias en la piel expuesta al sol, como la cara, el cuello, las manos y los antebrazos. Si bien la genética es determinante para la estructura de la piel, la exposición solar es una de las causas principales de la aparición de pliegues y manchas.
Los medicamentos, las técnicas de exfoliación, los rellenos y la cirugía están entre los tratamientos para las arrugas más eficaces.
Además, existe una técnica japonesa llamada Saho, este método consiste en la hidratación profunda de la piel. Se debe lavar la cara con los jabones adecuados e inmediatamente colocar una toalla tibia sobre el rostro. Basta con dejar actuar el calor durante 30 segundos.
Otras opciones son:
- Asahi: es un masaje compartido por el cosmetólogo Hiroshi Hisashi, para realizarlo, hay que poner la yema de los dedos sobre las comisuras de la boca. Después se mueven hacia arriba y hacia abajo durante máximo un minuto.
- Shiatu: este masaje tiene un efecto lifting en los labios, es decir, que posiciona y estira las estructuras faciales que se han colgado con el tiempo. Para realizarlo, basta con realizar algunos masajes circulares en los alrededores de la boca, comenzando desde los extremos.
Además de lo anterior, según información en la American Academy of Dermatology, citada por Mejor con Salud, existen algunos hábitos para el cuidado de la piel que podrían conservar por más tiempo la firmeza de la dermis.
- Hidratación: para lograr una piel más joven después de los 40 hay que mantener el cutis hidratado, pues suaviza la piel mejora sus características. También es posible aplicar vitaminas, antioxidantes, colágeno, entre otros nutrientes, que ayudan a incrementar las funciones de las cremas hidratantes.
- Consumo de vitaminas C y E: estas vitaminas son fundamentales para conservar la piel tersa; sin embargo, si no se han consumido los alimentos mucho antes de llegar a los 40 años, es posible que no se pueda detener el deterioro cutáneo.
- Sérum: aunque no muchas personas los usen, el sérum es un buen aliado para tener una piel tersa. Se debe aplicar antes de la crema hidratante y se aconsejan aquellas con alto contenido vitamínico o aquellas que tienen efectos reparadores.
- Limpieza: tanto por las mañanas, como por las noches, hay que realizar una rutina de belleza que limpie las impurezas y ayude a regenerar las células del rostro. Esta se puede realizar con agua tibia, jabón neutro y abundante agua. También es posible usar un desmaquillante adecuado para el tipo de piel que se tiene.
- Protección solar: según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estado Unidos, la coloración o manchas también pueden deberse a “la exposición al sol u otras fuentes de luz ultravioleta”, por lo que el bloqueador solar se convierte en un elemento obligatorio para el cuidado de la piel. Al momento de aplicarlo, no hay que olvidar el área del escote y el cuello.
- Beber más agua: en todas las etapas de la vida es indispensable el consumo de agua. Sin embargo, después de los 40, su consumo debe aumentar para disminuir la deshidratación de la piel y ayudar con su firmeza.
- Exfoliación: las exfoliaciones remueven las células muertas de la piel. Acción que ayuda a acelerar la renovación celular y a retrasar el envejecimiento prematuro.