Un soldado colombiano de 22 años se debatía entre la vida y la muerte tras sufrir heridas de gravedad en un enfrentamiento con guerrilleros en la selva de Guaviare. Fue trasladado al Hospital Militar de Bogotá, cuyo jefe de cirugía, William Sánchez, pidió opiniones a expertos de varios países sobre cómo encarar el tratamiento. El doctor Sánchez dio a sus colegas detalles de las lesiones sufridas por el soldado en su región abdominal, colon, páncreas, hígado e intestinos, complicadas por una infección generalizada. La consulta se hizo en tiempo real a través de una teleconferencia que conectó a universidades y hospitales de varios países. Una vez planteado el caso, los médicos opinaron y se llegó a un consenso. El soldado -cuyo nombre no fue divulgado porque en Colombia está prohibido identificar a pacientes del Hospital Militar, según explicó el doctor Sánchez-, sobrevivió gracias a los aportes hechos por médicos de las universidades estadounidenses de Miami, Florida y Oregón; a las brasileñas de Sao Paulo, Campinas y Amazonas; la de Santo Tomás, en Panamá; el Hospital de Trauma de Estambul y el centro de avanzada de Estados Unidos en Irak, entre otros. "La gran ventaja es que todos aportan desde la experiencia de cada país. Es una consulta interdisciplinaria para armar una única decisión", explicó el doctor Sánchez. El del soldado colombiano no es un caso aislado. Las consultas entre expertos de distintos países, quienes ofrecen asesoría vital a sitios a veces aislados y sin muchos recursos, ayudan a salvar vidas. Los expertos no están juntos físicamente, pero se ven, hablan e intercambian información a través de una teleconferencia con video que sirve como vehículo para que especialistas de los países con los mayores adelantos -como Estados Unidos- aporten sus conocimientos. El Hospital Militar de Bogotá, por ejemplo, participa en una red que conecta a 12 universidades y hospitales de las Américas con unas tres docenas de centros de Europa y Asia. Las teleconferencias son coordinadas por un moderador del Centro de Traumatología Ryder del Hospital Jackson Memorial de la Universidad de Miami. "No hay costo por llamadas o consultas. Es una acción netamente altruista, humanitaria y académica" de intercambio de conocimientos, expresó el doctor Sánchez, quien creó la red junto con su colega brasileño Antonio Marttos, director del área de telemedicina del Centro Ryder. Aclaró que la ayuda es gratuita para los centros que forman parte de la red. El requisito para pertenecer a esta es ser un centro educativo de postgrado con formación de especialistas en cirugía de trauma y emergencia. El Centro Ryder coordina asimismo una sala virtual de emergencias que funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana, en la que operadores telefónicos conectan a los médicos de otros países -incluidos Colombia, Panamá y Brasil- con colegas de Estados Unidos. También se aceptan consultas de centros que no integran la red, por las que se cobra. El Centro de la Florida dijo que los costos de las consultas de emergencias son reembolsados a los miembros de la red, pero se negó a revelar a cuánto ascienden para los que no son parte de ella. Para participar en sesiones de telemedicina, los hospitales latinoamericanos necesitan hacer una inversión inicial de unos 10.000 dólares en equipos y unos 70 dólares mensuales de mantenimiento, dijo el doctor Sánchez. A través de la telemedicina, médicos de Estados Unidos atienden en tiempo real, a través de pantallas de televisión, computadoras y robots, a pacientes que están en hospitales a miles de kilómetros, mantienen juntas médicas con colegas y ofrecen segundas opiniones en consultorios conectados en línea por la tecnología. "Hay muchas situaciones en las que en los lugares remotos (de Latinoamérica) no tenemos todos los especialistas disponibles. Entonces con esta tecnología podemos ayudar a los médicos que están solos a tener una cara amiga (en Estados Unidos) para discutir los casos", expresó el doctor Marttos. No existen estadísticas sobre cuántos médicos o pacientes de Latinoamérica utilizan la telemedicina, pero el doctor Sánchez dijo, a título de referencia, que en los últimos siete años, su hospital ha participado en unas 400 sesiones de telemedicina con colegas de Estados Unidos y otros países, incluyendo consultas de emergencia. En el Centro Ryder, en tanto, se realizan al menos nueve juntas médicas virtuales al mes con más de una decena de centros médicos y universidades de todo el mundo, incluyendo al Hospital Militar de Colombia, el Hospital Santo Tomás de Panamá y el Hospital Estatal Alberto Torres de Río de Janeiro. La posibilidad de recibir opiniones de especialistas de Estados Unidos es uno de los aspectos que más atrae a los centros de salud de otros países. "Saben que hay otro nivel de tecnología que no existe en sus países. Quieren un diagnóstico serio y quieren saber qué están haciendo en otros lugares", dijo el doctor Mario Méndez, vicepresidente corporativo y director médico de Baptist Health International de Miami, que también atiende consultas virtuales del exterior. El Baptist atiende cada año cerca de 12.000 pacientes extranjeros, mayormente del Caribe, Centro y Sudamérica, muchos de los cuales comienzan su contacto con los médicos del sur de la Florida a través de consultas por teléfonos con pantallas o computadoras con cámaras, explicó Méndez. Los especialistas reciben primero los datos de los pacientes por vía electrónica e incluso intercambian información con sus médicos de sus países de origen a través de teleconferencias. El precio de esas consultas de segundas opiniones es de 600 dólares. Tras obtener esa segunda opinión, muchos pacientes viajan a Miami para recibir tratamiento, dijo Méndez En Colombia, el Hospital Militar aplica la telemedicina también dentro de su territorio nacional cuando hay un ataque de la guerrilla en lugares remotos, como la selva de Guaviare, y un equipo médico de combate que atiende a los civiles y militares heridos se pone en contacto con un centro de telemedicina de la Universidad Militar de Granada para que profesionales de Bogotá indiquen cómo debe ser la atención y evacuación de los lesionados. Unos seis cirujanos de la unidad de emergencias del Hospital Santo Tomás de Panamá participan cada semana de teleconferencias con colegas de todo el mundo y, al menos seis veces al año, presentan casos de pacientes que ellos mismos atienden para ser analizados entre todos. "Esta experiencia es invaluable para el crecimiento de los profesionales que participan, ya que permite compartir no sólo conocimiento... compartimos los trucos o técnicas quirúrgicas para casos difíciles, es como tener un tutor experimentado que te lleve de la mano para ofrecer el mejor recurso a nuestros pacientes", dijo la doctora Martha Quiodettis, del centro médico panameño.